En la vanguardia
Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 01/07/09
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id=57783&Itemid=37
El también ensayista ha publicado la antología “Rosa Polipétala. Artefactos modernos en la poesía española de la vanguardia (1918-1931)”.
–¿Cómo nació la idea de realizar “Rosa Polipétala…”, una peculiar y lúdica antología?
Esta antología se centra en la representación de los artefactos modernos en la época de la vanguardia española a principios del siglo XX y he ahí su peculiaridad.
Curiosamente el inicio de este libro tiene que ver con un ensayo que hice sobre un poeta mexicano y no español. Se trata de José Juan Tablada, quien tiene un poema acerca de la llegada del automóvil a México. Empecé a darle vuelta a algo que hay muy presente en la poesía de vanguardia: la representación de objetos modernos en sociedades no modernas. Entonces, ¿cómo introducir en el sistema de representación a un instrumento que no tiene ninguna tradición en su propio sistema de representación? La solución de Tablada fue demonizarlo, bajo los preceptos de la vieja tradición bíblica y católica. Esa es una manera de cómo objetos como el aeroplano, los automóviles, el cine, los trenes, etc, entraron al sistema de representación.
–El miedo a lo novedoso, a lo desconocido…
Claro. La aparición de artefactos como el automóvil en las sociedades industrializadas de esa época (Inglaterra o Francia) no supone mucha novedad porque el contexto de modernidad tecnológica de esos países ayuda a que las nuevas invenciones entren con facilidad a los sistemas de representación. Pero España no era un país moderno ni avanzado, todo lo contrario: era una España provinciana con pocos científicos de avanzada, por lo que todos los artefactos modernos exigieron a los poetas españoles de vanguardia una introducción a su sistema de representación. Se tomaba una distancia frente a los objetos y el sistema poético tenía que cambiar para poder abarcarlos.
–El libro tiene una estructura por artefactos…
Son seis partes claramente establecidas, cada una de ellas contiene un texto introductorio que explica y sitúa al lector en contexto con los poemas que posee la sección. Así, tenemos: Automóviles; Trenes, ferrocarriles, tranvías; Aeroplanos; Alumbrado público y artefactos de comunicación; Cinematógrafo; y Los deportes, la música. No hay una secuencia cronológica en dicha estructura, la intención era ofrecer una visión sobre cada objeto.
–¿Dicha poesía de vanguardia española ha sido poco estudiada?
Ese era otro factor por el que hice este trabajo. Esta vanguardia española forma parte de mi tradición poética indudablemente y este trabajo me permitió marcar las coordenadas en las que se sitúa mi obra. La vanguardia poética española, si bien no tiene el revuelo de la francesa, por poner un ejemplo, tiene muy buenos poemas, pero también tiene el gran problema de haber tenido un acta de defunción muy temprana con la Guerra Civil Española. En cambio, la vanguardia en Latinoamérica es la fundación de las poesías nacionales, ya sea con Vallejo, Huidobro, Paz, etc. Y ha sido casi enterrado todo este período español y creo que merece una mayor atención.
–¿Y qué autores encontramos en esta antología?
Tenemos a Fernando Villalón, Rogelio Buendía, Josefina de la Torre, Pedro Garfias, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Guillermo de Torre, Manuel Machado y Pedro Salinas, entre tantos otros.
-Finalmente, ¿qué vienes preparando?
Acabo de publicar en México mi más reciente poemario, “Humo de incendios lejanos” (Editorial Aldus, 2009), y vengo preparando dos libros de ensayos.
El dato
Chirinos (Lima, 1960) ha publicado las antologías: “Elogio del refrenamiento” de José Watanabe (2003), “Sólo una canción” de Mark Strand (2004) y “Los ojos de la máscara” de José Juan Tablada (2008). Y acaba de publicar recientemente en México su último poemario: “Humo de incendios lejanos” (Editorial Aldus, 2009).