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Fuente: La Primera, Lima 08/09/09
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cultura/cuarenta-anos-de-cuentos_45701.html
Carlos Calderón Fajardo (Juliaca-1946) ha publicado Antología íntima. 40 años de historias. Se trata de un libro que reúne sus más logrados cuentos (1969-2008).
Si es preciso escribir el primer concepto crítico acerca de Carlos Calderón Fajardo, es necesario decir que se trata de un orfebre de la palabra halada. Más allá de su innata vocación de narrador, en este libro está presente sobre todo, la conquista de un lenguaje mágico y a la vez de contenido realista, de una vocación por contar hechos fantásticos, casi reales, los que provocan creer en todo lo que dice.
Para entender mejor sus cuentos (aunque no hay necesidad de explicarlos), pero mucho más su vocación y ejercicio literario, en el prefacio Carlos Calderón Fajardo confiesa: “Soy un escritor peruano y, por más que muchos de mis cuentos transcurren en países lejanos, el que narra mis cuentos y los personajes que en ellos aparecen son siempre peruanos. No soy un escritor purista. En mis cuentos se siente la influencia de la gente peruana, y de los problemas del Perú y se nota un imaginario y un lenguaje que son peruanos. Soy un peruano en el mundo, hecho de muchos mundos. Nací en el mundo andino, en Puno, donde viví mis primeros dos años de vida”.
La Antología mínima contiene una selección de los libros Primeros cuentos (1969-1970) El que pestañea muere (1881), El hombre que mira al mar (1988), Historia de verdugos (2006), Playas (2008). Es decir, cuentos que corresponden a diversas fechas pero sobre circunstancias, las mismas que aparecen reflejadas en la historia de sus personajes tan llenos de vida y a la vez de tragedia humana.
Pese a la modestia, al talento inherente y calidad humana de Carlos Calderón Fajardo, su obra ha trascendido los límites de las fronteras. Por eso, es posible afirmar que se trata de uno de los más insignes narradores de América Latina. Cuando la crítica periodística regatea méritos o es obsesivamente exagerada hace daño. En este caso será el tiempo quién se encargue de confirmar los juicios emitidos.