Renato Cisneros
Renato Cisneros un todoterreno de la palabra Renato Cisneros un todoterreno de la palabra

Por Rafael Robles
Fuente: La República, Lima 21/03/10
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20100321/16/node/256364/todos/1558

Blogger, poeta, novelista, conductor radial y experimentado periodista, Renato Cisneros se ha ganado un nombre propio más allá del tradicional apellido que lo secunda. El joven comunicador, a los 34 años, inicia una nueva etapa profesional y desde abril será parte del equipo de Radio Programas del Perú. Además, acaba de estrenar su página web personal y tiene novia hace más de un año.


Si emparentamos la trayectoria de Renato Cisneros con la de un futbolista, sería válido compararlo con aquellos jugadores polifuncionales que pueden desenvolverse en la mitad de la cancha para repartir el balón, en el área chica para hacer goles o incluso en el arco, para evitarlos. La analogía no es gratuita: Cisneros empezó su labor en la prensa hablando justamente sobre una de sus pasiones: el deporte rey. Luego de esa experiencia inaugural, como quien se cambia de camiseta sin perder la calidad en su juego, pasó a la sección política de “El Comercio”, diario donde trabajó durante más de una década.

–¿No fue un cambio demasiado radical?
–Desde chico me alucinaba el fútbol. Mi tío Benjamín fue fundador del Cristal e hizo mucha prensa deportiva. Por otro lado, en mi casa siempre se hablaba de política así que desde pequeño fue un tema que me interesaba. Cuando pasé de hacer deportes a política encontré que no había tantas diferencias entre los dos. Ambos son muy frustrantes en el Perú, son asignaturas pendientes.

Además, si bien son frustrantes, tienen bastante convocatoria aquí. Los estadios se siguen llenando y las reuniones políticas siguen siendo masivas.

La poesía, primer bastión

Pero para contar la historia de Renato y la inusual versatilidad que lo caracteriza –es blogger, poeta, conductor radial, novelista y periodista–, hay que comenzar por el principio. Hablar, por ejemplo, de la palabra escrita como su primer amor, el único que lo sigue hasta hoy sin importarle el público, la edad, el reconocimiento o la temática que trate.

El idilio comenzó cuando tenía catorce años. Por entonces estudiaba en el colegio Carmelitas y, mientras la mayoría de muchachos ingeniaban nuevas formas de perder el tiempo, un joven Cisneros escribía sus primeros versos. Es más, gracias a muchos de ellos y a su talento para redactar eficaces cartas de amor, se hizo conocido entre las aulas como un escritor mercenario. Fueron transacciones muy ingenuas, propias de la adolescencia: Renato les daba poemas a sus amigos, y luego ellos se los regalaban a sus enamoradas como si fueran suyos (aunque en más de una ocasión el verdadero autor estuviera enamorado de ellas). El trato terminaba con un sánguche o dos paquetes de galletas a modo de pago. Negocio redondo.

Ya un poco mayor y como estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, ganar los Juegos Florales le sirvió para publicar su primer poemario (“Ritual de los prójimos”, 1999) y fue, a su vez, el sólido espaldarazo de aprobación que estaba esperando.

Mientras llegaban sus siguientes poemarios (“Máquina fantasma”, en el 2002, y “Nuevos poemas italianos”, en el 2007) otra motivación con la que Renato agarró seguridad al escribir fue el aliento de personas a las que él considera decisivas. Los escritores Jorge Eslava, Eduardo Chirinos, Carlos López Degregori y su tío Luis Jaime Cisneros conforman la lista de intelectuales y artistas que lo ayudaron, con amistad y buenos consejos, a hacerse de un nombre propio sin valerse del peso de su apellido.

“Fue una época fecunda en cuanto a la poesía aunque en la actualidad, por más que me gustaría decirte que tengo varios proyectos poéticos en camino, lo cierto es que no tengo nada. Puede que esto se deba a que estoy con enamorada y, si bien lo contrario sería ideal para mi escritura, ella me quiere, me respeta y no me pone los cuernos”, bromea Cisneros.

No importa el soporte

Lo difícil de cambiar de género literario es destacar en los diversos terrenos en los que uno se atreve a escribir. En el caso de Renato Cisneros, cuando el poeta le dio paso al tímido e inseguro narrador que se escondía detrás del blog “Busco novia”, el resultado fue avasallador. El novato blogger se convirtió entonces, de golpe y sin anestesia, en la primera celebridad del ciberespacio nacional. Todo esto sin olvidar que más importante que el reconocimiento o el rótulo de “blogstar”, lo que contaba era el placer de una palabra bien escrita. Seguir siendo un escritor de vocación era lo primordial.

El éxito alcanzado con “Busco novia”, impensado, agobiante por momentos y grato en la mayoría de las veces, le llegó desde el primer post. “Al comienzo me negué a aceptar el proyecto. Por ese entonces estaba escribiendo en política y no quería perder credibilidad con mis entrevistados. No quería que buscaran mi nombre en internet y que vieran que era un tipo que escribía sobre su vida sentimental y sobre la chica que no le daba bola”, explica Cisneros.

Los comentarios empezaron a contarse por cientos en cada historia que narraba. Su nombre comenzó a pasearse de boca en boca, de click en click y su protagonista, un alter ego suyo –treintón que busca novia con relatos juveniles–, se convirtió en una suerte de chico ideal de su fanaticada (la mayoría mujeres). “Cuando escribes poesía no piensas en el lector, sino en ti. Con el blog es muy diferente, es como escribir con mucha gente viéndote a tus espaldas. Sin embargo, este espacio me ayudó conectarme con un lector que antes no tenía. Algo que en la poesía no podía darse”, cuenta el blogger con algo de nostalgia, pues hace unas semanas anunció el cierre definitivo de su sitio virtual (se ha mudado a http://www.renatocisneros.net/, donde trabajará independientemente). Como prueba palpable de la existencia de “Busco novia” queda la reciente publicación su primera novela, “Nunca confíes en mí”, (escrita inicialmente en su bitácora) y de la antología “Busco novia, el libro del blog”, el título más vendido de la Feria del Libro del 2008, incluso cuando su contenido está colgado en internet.

Su faceta en la radio

Escribir en soledad y sin mayores presiones, es una cosa. Soltarse frente a un micrófono, ser ameno y enfrentar a la inmediatez de un programa en vivo, es otra totalmente diferente. Cuando Renato Cisneros jugaba a grabar en un minicomponente breves radionovelas con su hermano, nunca imaginó que sería alumno de Guillermo Giacosa y que este, por amistad y e insistencia del alumno, le daría su primera oportunidad en la radio. “Fue en un programa de 6 a 8 de la mañana en Radio Cora. Seguramente no lo escuchaba ni san puta, pero en su momento fue la gran oportunidad de empezar a descubrir la radio. Me levantaba tempranísimo para ir al Centro Cívico, donde estaba la minúscula cabina. Carlos Bejarano y yo acompañábamos a Giacosa. Casi ni interveníamos y solo decíamos cojudeces”, recuerda Cisneros, quien pronto saltó (con Bejarano y Giacosa, precisamente) al noticiero de Radio San Borja. Ahí estarían durante cinco años.

Luego de una breve estadía en un programa nocturno sobre sexo en 1160, el año pasado Renato se estableció en Radio Capital. El programa, que conduce junto a Jesús Véliz, se vale de un estilo ágil, irreverente y de información diaria contada de una forma sencilla. Ideal para capturar a la audiencia juvenil. A Cisneros, más allá de parecer un poeta que intenta experimentar en otros oficios, se le escucha cómodo, feliz, como pez en el agua. Tal vez por eso decidió abandonar por completo la prensa escrita para dedicarse a la palabra hablada: desde abril estará muy temprano en Radio Oxígeno y, por las noches, compartirá el set con Armando Canchaya en la “Ampliación de noticias” de RPP.

“Pudiera parecer que abarco mucho y aprieto poco, pero en el último tiempo no me he preocupado si están de acuerdo o no con lo que hago. Además, trato de no tomarme muy en serio, ni las críticas ni los elogios, y me concentro más en leer y tratar de mejorar”. A sus 34 años, la edad en la que un futbolista es considerado experimentado, Renato debe ser de los pocos que pueden jugar en diferentes posiciones sin que las tribunas pidan su cambio. Al contrario, corean su nombre. Claman por él.

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