Marco Martos
Marco Martos y la poesía mística Marco Martos y la poesía mística

Por Javier Agreda
Fuente: La República, Lima 29/07/06

Uno de los poetas emblemáticos de la llamada ''Generación del 60", Marco Martos parece haber alcanzado la necesaria madurez personal y literaria como para abordar, con buenos resultados poéticos, los más diversos temas: la ética en El mar de las tinieblas (1999), el arte musical en Sílabas de la música (2003), el ajedrez en Jaque perpetuo (2003). En su nuevo poemario, Aunque es de noche (Hipocampo, 2006), Martos parte del conocido verso de San Juan de la Cruz -el más importante de la poesía mística en español- para entregarnos un conjunto de poemas en los que reflexiona sobre su búsqueda espiritual y el reencuentro con la fe religiosa.

En la primera mitad del libro, dos extensos poemas parecen resumir toda la experiencia mística. El primero de ellos, "Noche oscura" (título también tomado de San Juan), muestra a un ''yo poético" inmerso en la angustia y desolación, que busca a Dios a través del ascetismo ("limpio el corazón/ limpio la palabra/ limpio la ventana/ para que Dios entre"), la oración y el ejemplo de las vidas de San Francisco, San Agustín y Santa Teresa. En "Letanías", el encuentro con Dios ya se ha producido y el poeta pasa de lo oscuro a lo luminoso, de las tristeza a las jubilosas loas: "te doy alabanza sin pausa ni término. / Llego a tu trono como buen vasallo/ que tiene al mejor Señor del mundo...".

El resto de los poemas son más breves y en ellos Martos continúa sin apartarse de la temática religiosa y trascendental, con dos prácticas habituales en sus libros más recientes. En Penates, el poeta retorna, como en una sección similar del libro Cabellera de Berenice (1994), a los ambientes y personajes de su infancia piurana: "Por ahí deambula todavía/ en las noches mi hermano muerto/ tan, tan niño" ("El aroma de las casas"). Y en un importante grupo de textos hace "hablar" a ciertos personajes históricos, apelando al lenguaje, la retórica y episodios de su propia época, como en los poemas "Reflexión sobre la Torah" y "La Torah en su nuez", cuya escritura atribuye a "Moisés de León (1290)".

San Juan de la Cruz

Pero incluso en sus poemas más personales -"Noche oscura" y "Letanías"- Martos parece estar hablando a través de otros. Especialmente San Juan de la Cruz, aludido en los títulos mencionados, en los aspectos formales (métrica, adjetivos, tropos) y hasta en los símbolos más característicos de su poesía: la noche oscura, Dios como el fuego donde el alma humana "se va quemando", y el "matrimonio místico", en el que el alma es lo femenino y Dios lo masculino. A pesar del excelente manejo de la versificación y virtuosismo retórico, la religiosidad que estos poemas describen está tan cargada de tópicos literarios que cuesta asumirla como una experiencia real del autor.

No deja de sorprender que, a pesar del agnosticismo dominante, ya sean dos los poetas de nuestra Generación del 60 que han escrito sobre su búsqueda de Dios y retorno a la religiosidad católica. Antonio Cisneros lo hizo en El libro de Dios y de los húngaros (1978), aunque sus opciones poéticas (coloquialismos, ironía, situaciones de la vida cotidiana) fueron radicalmente opuestas. Más libresco -casi borgiano- e instalado dentro de la tradición literaria en español, Marco Martos recupera en los poemas de Aunque es de noche el valioso legado de los místicos de los siglos XVI y XVII.
 
Perfil
Nacimiento. Piura, 1942.
Trayectoria. Poeta, crítico y docente universitario. Presidente de la Academia Peruana de la Lengua.
Poemarios. Casa nuestra (1965), Donde no se ama (1974), Carpe diem (1979), Cabellera de Berenice (1990), El mar de las tinieblas (1999), Jaque perpetuo (2003), entre otros.

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