Por
Fuente: La Primera, Lima 01/11/07
–¿Por qué escribes cuentos?
–Comencé por hacer ficción sobre personajes e historias de Puno. Desde niña, tenía atravesado en el pecho un ejército de niños(as), que venían del campo a servirnos a los mistis, en las condiciones de inferioridad. Por eso, la mayoría de mis personajes son indiecitas, cholas, mestizas a quienes quise darles la palabra, para entablar un diálogo cercano, analítico, vivo, conmigo misma, con el pueblo al que pertenezco, con mi tiempo y desde mi ser mujer.
–¿Qué técnicas usas?
–La técnica que en ese momento me exige el personaje, la anécdota, la historia que voy a contar. No se puede imponer técnicas al tema. Investigo, veo todo lo que me puede servir para sacarle el mejor partido al tema. Me formé en talleres de creación literaria y continúo haciéndolo, leo mucho, también poesía ahora con mirada de lectora y escritora. Tal vez no lo consiga, pero ése es mi afán. Pertenezco al Círculo Literario Anillo De Moebius, publicaremos la cuarta antología, asisto al Círculo de Lectoras Viciosas.
–¿Acabó el indigenismo?
–Ningún fenómeno social, cultural o económico se puede decir que acabó. El indigenismo que en las décadas del 20-30 en Puno se manifestó con mayor énfasis en la literatura, teniendo como excepcional exponente al Grupo Orkopata, con una notable plana de escritores y el Boletín Titikaka. Luego derivó hacia el neoindigenismo. Ahora los estudiosos hablan de literatura andina. Mientras el problema del campesino subsista, los escritores(as) continuaremos inspirándonos en esta temática, que ahora tiene nuevos protagonistas.
–¿Qué relación hay entre narrativa e ideología?
–Debe existir una relación estrecha, pues el escritor(a) no puede desprenderse de ella. Ficcionamos la realidad y ésta es observada a través del lente de nuestra ideología. Cuando un narrador(a) trata de evadirla –sea de derecha o de izquierda– se está traicionando a sí mismo y eso se reflejará en su obra.
–¿Cómo se escribe un cuento?
–Con gran disciplina y responsabilidad. Se empieza un cuento con el personaje a la vista, ahí está el fondo, es el momento de buscar la forma, para lograr que esa historia pueda ser retratada, que respire y cobre vida propia. Para el narrador(a) es el momento de eternizar aquello que se ama.
Dato
Zelideth Chávez Cuentas, sindicalista, antropóloga, feminista y luchadora social, ha publicado libros de cuentos: Mujeres de pies descalzos y El día que me quieran.