Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 27/12/07
Escritor nos presenta “Con boleto de vuelta” (UNMSM), su más reciente novela.
–¿Cómo trabajó la estructura fragmentada de “Con boleto de vuelta”?
Hay una historia principal que va creciendo, se va dando y que es la que concluye el libro, más allá de ella hay otras historias paralelas pero subordinadas a la historia principal. La estructura la manejo cuando termino de escribir todo. La novela no la he planeado así, la he descubierto al acabar los textos. A partir de ahí le doy el orden y la importancia a cada relato. Eso sí, cada relato tiene su propia independencia y busca sobrevivir a la historia principal que es la que las engloba. Al final, lo que siempre busco es la figura de la esfera, literariamente hablando, a pesar de usar la fragmentación.
–Este manejo de la estructura le permite utilizar muchos escenarios…
Efectivamente, la multiplicidad de escenarios permite al lector y al escritor descubrir la independencia de las partes, de una manera lúdica. En el libro tienes el escenario internacional moderno y a su vez el mundo indígena. Pueden suceder cuarenta mil cosas en el llamado primer mundo, pero en el mundo indígena las cosas siguen igual, no cambian. La injusticia y la pobreza “no chorrean”, como se dice. Y esos contrastes se pueden apreciar mejor con la fragmentación de la novela.
–Su personaje principal regresa al Perú no sólo por razones personales…
Claro, ese tema ya lo exploré en mi novela “Pálido pero sereno”: el migrante intelectual que vuelve al terruño por razones personales. En cambio, en “Con boleto de vuelta”, aparte del amor por la tierra y por una mujer, hay algo que es mayor: el personaje principal descubre algo turbio que va a suceder en los EE UU y ante el peligro que siente se da cuenta que tiene que volver al Perú y el pretexto ideal es el año sabático.
–Es el clásico individuo moderno que lucha para hacerse un lugar en el mundo…
Sí y su única arma es la educación, que es el arma actual por excelencia. Él nace en un hogar muy modesto y la educación es su único medio para ser libre, para hacerse respetar y para poder elegir qué ser en la vida. En el siglo pasado y más aún en este, la educación es fundamental para ser líder y poder salir adelante, sin ella somos esclavos. De otro lado, para mí un intelectual es mucho más importante que un gerente de una gran empresa. El intelectual previene al mundo de los acontecimientos futuros, en cambio los gerentes sólo trabajan por el dinero.
–¿Cuál es el secreto para tener su edad y mantener una prosa tan cuidada y fresca?
Uno la logra desde joven y eso queda. No es cosa de tiempo. Siempre he buscado la frase larga. Abelardo Oquendo me dijo una vez: “Veo bastante influencia de Cervantes en Mister X”. Y tenía razón porque yo buscaba la frase larga, con el manejo preciso de las comas y los puntos y comas. A mi edad, la buena prosa no es cuestión de nuevas lecturas ni de ejercicio diario. Cada vez uno lee menos, pero uno entiende más lo que leyó.
–Finalmente, ¿cuál es su próxima publicación?
Alfaguara publicará a inicios del 2008 la novela corta “Huérfano de mujer”, en la que hay mucho de mí.
El dato
Zavaleta también es autor de las novelas: “El cínico” (1948), “Los Íngar” (1955), “Los aprendices” (1974), “Retratos turbios” (1982) y “Pálido pero sereno” (1997).