Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: Correo, Lima 31/03/08
http://www.correoperu.com.pe/paginas_nota.php?nota_id=65591&seccion_nota=4
Una historia de amor y de muerte, enmarcada en una Lima que ya no existe. Bajo esas coordenadas se traza Huérfano de mujer (Alfaguara, 2008), la nueva novela de Carlos Eduardo Zavaleta, un autor que a sus 80 años mantiene su vigencia.
Correo: El tema de la muerte está muy presente en toda la novela. Incluso, Rosa, una de las protagonistas, llega a decir que hay una especie de persecución...
Carlos Eduardo Zavaleta: Sí, claro, primero la madrina, después la madre y finalmente ella. Pero no te olvides que ese gran tema de la muerte se da en forma muy sutil, paulatina, y va creciendo. Digamos, de modo invisible primero y muy notorio después.
C: ...Porque primero aparece el tema amoroso.
CEZ: Claro, el primer tema, en el cual uno entra en intimidad con el lector, es el tema amoroso. Es el tema de un amor que no existía ayer, que empieza hoy. Y que se parece, simbólicamente, al florecimiento de todos los días. Primero hay un amanecer prometedor, luego una mañana quizás plena y luego viene un doble declive: la tarde mortecina o rojiza, como hay en Miraflores, y luego la muerte, el tajo final, digamos.
C: Como en todas sus novelas, en ésta tiene un papel fundamental el escenario: es decir, Lima.
CEZ: En efecto, el escenario es muy importante en mis obras. En este caso es Lima. El protagonista es provinciano, pero es un necesitado de Lima; él necesita Lima para su propia evolución personal, vital y económica. Y, por otro lado, ella es una gran entusiasta de su ciudad. Por ello, hablan continuamente de la ciudad. Pero ya no es la Lima a la cual se rendía homenaje sino una Lima cambiante.
C: ¿Se puede decir que hay una muerte simbólica de Lima?
CEZ: Yo diría enfermedad, una decadencia de Lima. Tú sabes que las ciudades nunca mueren totalmente sino que se transforman. Entonces, Lima se transforma en algo nuevo que es lo que estamos viendo ahora.
C: Hay una escena que grafica la decadencia de la ciudad, y es en la que el protagonista y su apoderado están en un auto en pleno congestionamiento...
CEZ: Claro, y hay un ataque simbólico de las dos Limas. Y sobre todo de la agresividad con la que los nuevos habitantes de Lima tratan a los otros. Es un conflicto simbólico que dura solamente un capítulo, pero que es muy importante.
C: ¿Fue difícil escribir esta novela, a nivel personal?
CEZ: Muy difícil, pero absolutamente necesario. Yo tenía que escribir esto lo más pronto posible, para librarme yo también del embrujo de la muerte, del vacío, de la pérdida. Salir de eso es como salir del abismo. Pero uno nunca sale del todo, quedan rezagos.