Experimentador literario

Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, Lima 02/07/07

Pensar en Carlos Eduardo Zavaleta es evocar a uno de los miembros más destacados de la Generación del 50. Introductor de Faulkner y Joyce en la narrativa peruana, Zavaleta es sobre todo un narrador incansable, ávido por explorar nuevos cauces. Después de todo, quizás es uno de los escritores más prolíficos de la historia de la literatura peruana.

Hace 60 años, Zavaleta era un joven muchacho, de origen provinciano, que estudiaba Medicina en San Marcos y dudaba si pasarse a estudiar Letras. Eran los años del gobierno de Bustamante y Rivero, años de democracia, pero también de inestabilidad política. El golpe de Odría coincide con la publicación de su primera novela corta, El cínico.

Desde entonces, Carlos Eduardo Zavaleta ha conseguido instalarse como uno de los más destacados modernizadores de la narrativa peruana. Como dice el crítico literario Ricardo González Vigil, “Zavaleta es capaz de moverse con pareja habilidad (en mayor medida que cualquier otro escritor peruano) en la urbe y el campo, la costa y la sierra, la lucidez y el delirio, la alienación y la rebeldía, a través de personajes de distinta condición social, oficios e intereses.”

Es decir, Zavaleta ha logrado configurar un imaginario de voces múltiples. Y eso no es poco mérito, dados los tiempos cambiantes que le ha tocado vivir: los últimos cincuenta años del siglo XX, como testigo de la migración –él es un ejemplo vivo de este recorrido– y la modernización del país.

“Lo que hago es seguir a los cientos de miles de peruanos que han salido de su tierra natal. Los he seguido, pero creo que siempre mi mirada termina volviendo al Perú”, asevera Zavaleta, que sigue rodeado por sus libros, como es usual en él, con más novedades y publicaciones.

La literatura, en su caso, es más que un oficio y una vocación. Es una forma constante de vivir y entender la vida. “La tarea del escritor es absolutamente difícil en un país como el Perú. Uno persiste en ella porque cree en ella y porque la ama. Habrá recompensas para los que tienen contactos, pero no es de gran ayuda para el que quiere cambiar el ritmo de las cosas, dar novedades, el experimentador. Nací para experimentador y así me considero.”

Un crítico literario dijo que Ribeyro tenía que ser conocido porque practica una prosa tradicional, pero en cambio sostuvo que Zavaleta parece que escribe para el mañana.

Perfil
- Nació en Caraz (Áncash) en 1928. Es docente universitario y escritor de ficción y ensayos literarios.
- Se doctoró con una tesis sobre la producción de William Faulkner.
- Es autor de libros relevantes como La batalla y otros cuentos (1954), El Cristo Villenas (1956), Unas manos violentas (1958), Vestido de luto (1961), Muchas caras del amor (1966), Niebla cerrada (1970) y Un día en muchas partes del mundo (1979).
- Como novelista, es autor de Los Ingar (1955), Los aprendices (1974), Un joven, una sombra (1992) y Pálido pero sereno (1997).