Iván Thays
Nueva travesía literaria Nueva travesía literaria

Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: Correo, 23/11/08
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=78744&ed=14

La disciplina de la vanidad, publicada en el 2000, marcó un punto de quiebre en su narrativa. Luego de ocho años de silencio editorial, Iván Thays inicia una nueva etapa con Un lugar llamado Oreja de perro (Anagrama, 2008), una novela que acaba de ser distinguida como finalista del Premio Herralde.

Correo: ¿Cómo recibiste la distinción de ser finalista en un premio del prestigio del Herralde?
Iván Thays: Para mí lo importante es que el libro exista. El ser finalista o, incluso, el ganar el premio, no era a lo que yo estaba aspirando. Yo aspiraba a que se publique el libro. Y con mi agente literario queríamos que se publique en España. Había ofertas aquí de varias editoriales. Pero la idea era que salga en España. Y bueno, las circunstancias dieron que sea finalista. Para mí cualquier premio o distinción, así sea el Premio Nobel, es en realidad un motivo de alegría para la familia, los amigos, la gente que te quiere. Si Philip Roth ganara el premio Nobel yo saldría con una bandera por la Plaza de Armas. Pero para el autor lo que importa es que el libro exista y se distribuya.

C: Muchos se preguntan por qué ocho años de silencio…
IT: Lo que pasa es que las cosas que yo había publicado antes, y que conoces bien, son cosas que tienen que ver con una época en mi vida en la que yo era muy joven, vivía solo con mi novia, y mis grandes preocupaciones eran artísticas y estéticas. Y La disciplina de la vanidad era el tope de eso, ya no podía escribir otra igual a ella. Incluso lo dije cuando la publiqué: el libro cierra una etapa. Entonces empecé a buscar otros temas, y la vida me llevó a encontrarlos a través de mi propia biografía: mi matrimonio, el nacimiento de mi hijo, mi separación posterior. Esos ocho años en los que no he publicado han sido, en realidad, años muy intensos en mi vida en los que no sólo he pasado de ser treintañero a ser cuarentón, sino que me han pasado cosas muy fuertes.

C: La novela toca el tema de la violencia política ¿cómo se da esto?
IT: Allí se mezclan dos cosas. Mientras escribía la novela, que como te cuento tomó ocho años, mi vida iba modificando mi propia literatura. No sólo el divorcio de mi esposa, sino también mis intentos fallidos de tener novia, todo lo que me pasaba iba cambiando la novela. Y entre las cosas que ocurren en esos ocho años aparece la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación. Y a mí me interesó como peruano, pero no como escritor. Sin embargo, ocurría algo muy curioso: yo estaba tratando de contar la historia de un hombre que había perdido a su hijo y estaba a punto de perder a su esposa y que conoce a un amnésico y se pregunta por qué yo no puedo olvidar como este hombre. Y justo cuando estaba con esa trama empieza a salir todo lo de la CVR. Entonces me digo: es como si fuera una línea paralela que se cruza, porque mientras mi personaje quiere olvidar, todo el país está diciendo hay que recordar. Entonces decidí convertir al personaje en un periodista que se va a Oreja de perro.

C: ¿Viajaste a Oreja de perro?
IT: Yo no soy un escritor topográfico. Yo no soy un escritor como lo es Vargas Llosa o Arguedas. Para mí la realidad es la que nace del texto. A veces he inventado una ciudad, como Busardo, otras veces he hablado de lugares donde no he estado. Y son lugares que yo imagino. Entonces, un problema era decidir si viajaba o no a Oreja de perro. Y decidí no hacerlo porque quería que esa novela fuese una novela mía. No quiero hacer la novela que haría Alonso Cueto o Mario Vargas Llosa sobre este tema. Y yo estaba en ese momento en una etapa muy oscura de mi vida en la que veía muchas películas de David Lynch. Entonces dije: voy a hacer que Oreja de perro sea una ciudad de David Lynch.

C: Algunos dicen, erróneamente, que no eres un escritor realista.
IT: Claro, decían que yo era el escritor experimentalista, el no realista. Y eso es mentira, sí soy un escritor realista, lo que pasa es que no soy topográfico. No me interesa la parte geográfica. Soy el lado B de Gregorio Martínez, digamos. No soy un antropólogo.

C: El viaje sigue siendo una constante en tu obra…
IT: Sí, y es increíble que siga siéndolo porque no lo pretendo. Este año he escrito otra novela y también hay un viaje en ella. Es algo que nunca he pretendido, pero de hecho es algo que motiva todos mis libros: el que una persona viaje, porque viajar para mí es ser vulnerable.

C: ¿También hay un punto de quiebre en el lenguaje?
IT: Alonso Cueto me dice que hay un cambio de lenguaje, pero que no lo nota tan distinto. Sin embargo, yo sí lo noto totalmente distinto. He tratado de que sea un lenguaje sin imágenes, sin figuras; lo más lejano posible a El viaje interior, por ejemplo. Es una novela de párrafos breves, incluso de una sola frase. A mí lo que me interesaba mucho era crear una atmósfera de asfixia del mundo exterior que se introduce en el mundo del personaje. Porque el personaje está sufriendo, pero su sufrimiento se ve exteriorizado por lo que sufre el país. Hay una correspondencia. En realidad, como en una película de David Lynch, tú no llegas a saber si lo que está pasando es un sueño, una pesadilla exteriorizada, o si es la realidad.

Dato
La editorial Anagrama y el grupo Océano publicarán en breve la edición peruana de la novela finalista Un lugar llamado Oreja de perro, que será presentada en Lima con los comentarios del escritor Alonso Cueto.
Obras: Las fotografías de Frances Farmer, Escena de caza, El viaje interior y La disciplina de la vanidad
 

 

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