Por
Fuente: La República, Lima 03/11/07
Editorial argentina publicará obra completa. Inició con Redoble por rancas. Editorial La Campana se ha propuesto rescatar del olvido la narrativa del escritor peruano.
Un día del mes de junio de 1983, la esposa de un juez fue secuestrada de su hacienda por combatientes de Sendero Luminoso, y luego ejecutada en una plaza pública de Yanahuanca, departamento de Cerro de Pasco, en los Andes centrales del Perú. Decir que esa mujer era la esposa del juez Francisco Montenegro, y que en el lugar en que la ultimaron transcurre Redoble por Rancas, la novela que en la década del 70 le dio fama internacional a Manuel Scorza, acaso sería invocar una simple coincidencia. Decir, no obstante, que esa mujer es un personaje que aparece fugazmente en la novela, y que su esposo el juez Francisco Montenegro es uno de sus protagonistas; o que ese asesinato, como el autor sugiere en el epílogo a la edición de 1983 de su novela, en parte se debió a lo que allí denuncia acerca de ese hombre abusivo y de su "temida, todopoderosa, legendaria esposa", prueba que los hechos no constituyen solo una de las tantas noticias policiales que los diarios publicaron ese año en que Sendero Luminoso se cobró el mayor número de víctimas de toda su historia, sino una intrusión de la realidad en la ficción, un efecto colateral de la literatura, una coda sangrienta que se le añadió al texto. (...).
El punto de partida *
Un día del mes de octubre de 1956, luego de que la dictadura del general Manuel Odría lo obligara a vivir ocho años en el exilio a raíz de su militancia política en el APRA, un movimiento que conjugaba el antiimperialismo con una prédica indigenista, Manuel Scorza regresó a Lima. Trabajando como periodista, se enteró de unos levantamientos campesinos que se venían dando en la zona de los Andes centrales, en donde una compañía minera estadounidense, la Cerro de Pasco Copper Corporation, con la connivencia del gobierno, se estaba adueñando de grandes terrenos para crear una división ganadera. Los desalojos masivos y las usurpaciones, y las sucesivas protestas y revueltas, habían dado lugar al encarcelamiento y la matanza de muchos campesinos. Para el momento en que Scorza decidió emprender el viaje e iniciar en el lugar una investigación que le llevaría meses, y que realizaría de manera clandestina, la prensa peruana prácticamente no había hablado del asunto.
"Asistí a las más terribles escenas: prisiones, fusilamientos, masacres, asaltos", recordaría Scorza. Hechos que lo llevaron a comprometerse casi de inmediato con la lucha de los pobladores, aceptando el cargo de secretario en el Movimiento Comunal del Perú, que pugnaba por la recuperación de las tierras usurpadas, y publicando manifiestos de denuncia que le valieron años después una nueva partida al exilio bajo la acusación de "atacar la seguridad del Estado".
Redoble por los andes
Scorza dio con la materia prima de lo que sería su ciclo de cinco novelas que empezaría a escribir en París en 1968, y que tituló La guerra silenciosa. Redoble por Rancas fue su primera entrega.
Traducida a más de treinta idiomas, lectura obligatoria de quienes en los 70 mantenían el sueño revolucionario, y pretendida culminación de la narrativa indigenista en la que si alguien descolló fue José María Arguedas, Redoble por Rancas es una novela que denuncia los atropellos perpetrados en el Perú por la Cerro de Pasco Copper Corporation y por el "gamonalismo", el régimen que se basaba en el poder semifeudal de los latifundistas y en la explotación de los campesinos. Algo que Scorza realiza en su novela adaptando la "cuestión indígena" a los nuevos patrones literarios que había traído consigo el boom latinoamericano y buscando, de paso, imprimirle "eficacia política" al realismo mágico.
(...) Ya por el deseo de amenizar la carga política con dosis de imaginación narrativa, o por la tentación de valerse de una receta exitosa para acceder a un público masivo, Scorza realiza una operación que le permite subirse a la rompiente del boom latinoamericano y obtener una repercusión internacional que solo había alcanzado en su país Mario Vargas Llosa. Eso hace sin duda aún más sorprendente el olvido en que su obra se ha visto sumida. (...)
Mientras en la Argentina Rodolfo Walsh creía que a la novela, ese "género burgués", la superaban el testimonio y la denuncia como categorías artísticas apropiadas para ese contexto por demás convulsionado, Scorza incluía todo en uno y buscaba demostrar que no solo a través de la censura podía manifestarse la influencia que el poder político le atribuía (se impone el pretérito) a la literatura. En su voluntad de darle una vuelta de tuerca a lo que con los autores del boom se había evidenciado como hecho al dedillo del mercado, Redoble por Rancas y las cuatro novelas que vinieron luego (Garabombo, el invisible, El jinete insomne, Cantar de Agapito Robles y La tumba del relámpago, publicadas entre 1972 y 1979) se formulaban implícitamente la pregunta sobre cómo militar en la propia obra, y arriesgaban una respuesta posible.
La condición poética
"Sucede que yo he renovado la novela política indigenista incorporándole una intensa condición poética y onírica", decía Scorza en una entrevista. "Mis novelas, pues, tienen dos niveles: un nivel histórico y un nivel onírico. El nivel histórico muestra la realidad tal como es y, salvo excepciones, la recoge a través de personajes que figuran con sus nombres verdaderos en los libros. En tal sentido son testimonios. Pero al mismo tiempo son máquinas de soñar, porque para mostrar mejor la realidad yo la sueño."
Dato
Mes de aniversario de su muerte. Scorza murió la madrugada del 28 de noviembre de 1983, cuando el Boeing 747 de la compañía colombiana Avianca, iba a aterrizar en Barajas (Madrid), con destino final en Bogotá.
(*) Patricio Lennard. Editado de Radar, suplemento de Página 12, de Argentina.