Por Francisco Melgar Wong
Fuente: El Comercio, Lima 03/10/07
El báculo y la espada: el obispo Goyeneche y la Iglesia ante la iniciación de la República, sesudo libro escrito por Ernesto Rojas Ingunza (sacerdote diocesano y doctor en Historia de la Iglesia de la Universidad Católica) que gira en torno al paso del obispo arequipeño José Sebastián de Goyeneche por el Arzobispado de Lima y a la elocuente forma en que este personaje encarna el difícil período de la independencia del Perú.
¿Cómo puede el obispo Goyeneche ilustrar el difícil tránsito que nuestro país vivió en las primeras décadas del siglo XIX, al pasar del mundo colonial al republicano?
Los procesos se ven en las personas y en las instituciones que atraviesan esos períodos de cambio. Goyeneche no quería la independencia, él era un sincero amante de la corona española, sin dejar de sentirse, al mismo tiempo, profundamente arequipeño y peruano. Lo que Goyeneche encarna es el proceso de adaptación de los realistas a esta nueva realidad.
¿Por qué, a pesar de su descontento, Goyeneche decide quedarse en el Perú?
El estudio permite ver que, más allá de las motivaciones ideológicas, las personas tienen un complejo de raíces muy fuerte. Supongo que Goyeneche y su familia tuvieron la impresión de que no serían los mismos fuera de Arequipa. Pero, claro, el motivo de fondo para Goyeneche es su responsabilidad, como obispo, de la continuidad de la Iglesia en la vida eclesial. Goyeneche se debía a la Iglesia. Esta fidelidad a la misión está absolutamente en primer plano para su decisión.
¿Qué destaca de la decisión de Goyeneche?
El sentido de fidelidad a su misión, más allá de sus limitaciones, sus temores y sus sentimientos. Como vemos, no es el héroe que está por encima de las circunstancias. Las circunstancias a veces lo sobrepasan, pero él persiste, se mantiene, aunque se sabe pequeño y débil.