Marcela Robles
"La poesía es lo único que me va a sobrevivir"

Por
Fuente: Perú21, Lima 14/01/08
http://www.peru21.com/p21impreso/Html/2008-01-14/imp2cultura0838592.html

Adoro a Marcela Robles. Es mi poeta favorita. En este juicio, como en la poesía, priman mis emociones. Ella me enseñó a escribir y le pido perdón por ser un pésimo alumno. Pero en lo que sí he sido su estudiante más aplicado es en el amor por los versos que queman -como los suyos-, esos que te conducen hacia la ferocidad de un encuentro donde la sangre y el dolor saben a vino. Por ello, celebramos la aparición de HighWay (Editora Mesa Redonda), un viaje en carretera que hubiésemos deseado vivir.

¿La luna, la noche, la mujer y Marcela Robles son una sola?
En ese poema ('Convertible'), sí.

¿Tienes una atracción por la luna, por la noche?
Hace poco se ha elegido a la palabra más bella del mundo: Yakamoz, un vocablo turco que significa: "el reflejo de la luna sobre el agua". Me emocionó mucho saber que tiene que ver con una constante en toda mi poesía. La luna y el agua siempre transcurren en mis poemas.

HighWay es un viaje interior que quema, ¿no es cierto?
Tú lo has dicho (sonríe). Me temo que no puedo agregar nada más.

¿Por qué convertir ese fuego interno en poesía?
Escribo porque no me queda más remedio. La poesía es una adicción más fuerte que yo y no la puedo evitar. Además, la poesía es mi única heredera universal. Es lo único que me va a sobrevivir. Si de alguna manera trascendiera, sería a través de la palabra.

¿La poesía es, necesariamente, autobiográfica?
No.

¿Cuánto hay de Marcela Robles en sus poemas?
El 99.99% (y se carcajea adorablemente). Sin embargo, yo no hablaría de una autobiografía. En mi caso es una escenificación, o puesta en escena, de hechos que me han ocurrido. La autobiografía es testimonial, racional. En mis poemas no solo hay memoria y razón. La poesía quema, más aún si eres una persona frágil, si no tienes una coraza, tan necesaria en estos tiempos. Escribir poemas significa una sobreexposición que te sitúa en una situación muy vulnerable.

Cito uno de tus versos: "No se pueden reproducir las emociones". Si esto es cierto, ¿de qué trata la poesía?
La poesía trata de hacerte cómplice del lenguaje para poder nombrar las cosas, incluso las más triviales, cotidianas y sencillas, de una manera tal que no te lleven a un camino cerrado. Si esto sucede sería una performance autocomplaciente, masturbatoria; agradable, sin duda, pero sin trascendencia. Uno escribe para remontar el lenguaje y lograr que las emociones no terminen en ese camino cerrado. Además, no se trata solamente de reproducir 'tus' emociones, sino de crear en el lector las suyas propias, porque la escritura es una aventura de a dos.

Es decir, escribes siempre para otros.
Escribo para el lector ideal, aquel que siente que le estoy hablando al oído.

Tus versos son susurros y gritos.
Sí, hay bastantes gritos. Claro, allí me alejo del lector, para no perturbarlo mucho (y vuelve su risa). Mis versos son una catarsis. HighWay es un viaje con un espejo retrovisor en el bolso.

¿Por qué esta decisión de mirar por el espejo retrovisor?
Lo he hecho en este caso, pero, últimamente, y a partir de este libro, el futuro ha pasado a un segundo plano, en términos vivenciales y literarios. Es decir, veo el camino más cercano al presente, a lo inmediato, a lo que está en la esquina, al día por día. No pienso en lo que está a la vuelta, en lo que pasará la próxima semana, en lo que estará al final del camino. Solo hago planes para el día, para la siguiente hora. Jerzy Kosinski, en su novela Desde el jardín, escribió: "La vida es un estado de la mente". En este momento, mi 'state of mind' es ese.

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