Por Carlos Ortega
Fuente: La primera
http://www.laprimera.com.pe/noticia.php?IDnoticia=5447
Luego de diez años de silencio literario, Oswaldo Reynoso lanza nueva obra.
Autor de obras tan emblemáticas en nuestra literatura como Los inocentes o En octubre no hay milagros, el escritor Oswaldo Reynoso nos habla de su nueva novela, El goce de la piel, y detalla su meticuloso trabajo en el trato del lenguaje y las palabras. Aunque acusa ser marginado por su ideología, asegura que sus libros son un éxito de venta.
¿Cómo definiría usted su último libro?
Es una novela de cincuenta páginas que ha sido trabajada en el sentido estético del empleo de la palabra. El escritor se enfrenta a dos problemas que tiene que resolver.
El primero es el del lenguaje y la palabra, y el otro el de las macroestructuras, independientemente de los personajes y los ambientes. En la narrativa actual se da mayor importancia a las macroestructuras dejando de lado la palabra.
¿Cuánto tiempo le demandó escribir la obra?
Toda mi vida, y este es el resumen. Una cosa es el trabajo mecánico de la escritura y otra la elaboración interna. La primera escritura del libro la terminé en una semana, pero el trabajo de la palabra me ha tomado más de medio año. Considero que la verdadera creación está en la corrección.
¿Cómo trabaja con el lenguaje?
La sonoridad de nuestro idioma tiene una característica bien marcada: la gravedad. La gran mayoría de palabras en español son graves, hay pocas agudas y pocos monosílabos y como existe la intencionalidad poética de trabajar la palabra en la oración, éstas deben tener una entonación.
Lo que rompe un párrafo o un cuento es cuando se termina en monosílabo o se termina en aguda. Para trabajar este sentido de la sonoridad hay que terminar las frases en palabras graves, pero es difícil.
En los noventas usted publica Los eunucos inmortales, obra de gran madurez literaria, sin embargo esa década se la atribuyen a los jóvenes autores…
Quizá se deba a que mi novela transcurre en Pekín, en el marco de la masacre de Tiannanmen. No me importa haber sido discriminado, lo importante es que vamos ya en la cuarta edición.
Creo sin vanidad que soy el bestseller clandestino del Perú, porque mis libros se siguen vendiendo luego de más de cuarenta años, aunque nunca aparecen en la lista de los libros más vendidos.