Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, Lima 18/04/08
Ella y Yo. Yo y Ella. Cada una frente al espejo parecen mirarse de frente. Sin embargo, están enfrentadas. Cada una, desde su peculiar forma de ver el mundo, ve a la otra sin miramientos. Paciente y analista embarcadas en una suerte de aventura por los recuerdos que servirán para descifrar el enigma de la personalidad y el sufrimiento. Con Dos veces por semana (Alfaguara), la escritora y guionista Giovanna Pollarolo retorna a la narrativa, específicamente a la novela, para trazar una trama de recuerdos truncos, carencias afectivas y viajes al interior de la conciencia. Yo –tal es el nombre de la paciente– comienza a reconstruir su pasado en medio de las consultas que tiene dos veces por semana con Ella para comenzar a afrontar las inseguridades del presente.
“Me valgo de las conversaciones de una consulta psicoanalítica para abordar la materia literaria en sí: los recuerdos de Yo. Fue una feliz conjunción entre un recurso que me permite escribir con libertad, pero a la vez importante porque permite la expresión de dos voces, la alternancia. Si fuera sólo la voz de Yo, el texto sería muy monótono y lamentoso. También te libra de la necesidad de un narrador en tercera persona, que siempre interfiere”, comenta Pollarolo.
En la novela, Ella siempre le está llamando la atención a Yo y eso produce una suerte de desavenencias e interpelaciones. “Ella podría ser equivalente en el esquema de Freud a la conciencia, una suerte de superyó, una voz que viene de otro ámbito para mirar lo mismo. Existe un mundo racional y un mundo afectivo, en los que Yo ejerce una racionalidad que discute a Ella a veces con razón, a veces sinrazón”.
Aprendizaje y psicoanálisis
En cierto modo, Dos veces por semana tiene mucho que ver con la novela de aprendizaje, ya que a través de los recuerdos de Yo nos aproximamos a su educación sentimental y, por ende, las razones de sus fracasos afectivos. Para ello, la narración corporaliza los recuerdos de Yo y los convierte en personajes de la trama.
“Lo que ocurre en el diván desencadena la reconstrucción del recuerdo, del yo protagonista con los fantasmas que se hacen presentes en la sesión de consulta. De alguna manera el psicoanálisis 'real' opera así. En una terapia psicoanalítica el paciente construye historias al igual que el escritor, lo cual indica que cualquier relato es también una construcción."
Pollarolo sostiene que escribir esta novela fue arduo, ya que la inició cuando finalizaba el guión de Ojos que no ven, la película de Francisco Lombardi sobre el régimen fujimorista.
"Fue una etapa muy estresante. Al terminar el guión me volqué al mundo interior. No he escrito esta novela con un esquema previo. Me muevo como por intuiciones, y luego me doy cuenta cómo las piezas van encajando. Hay cosas que escribo y que boto porque no sirven. Al menos en literatura, los hallazgos los compruebo en el texto."