Peruanos globalizados. ¿Cuántos son? ¿Quiénes son?(1)
Por Gerardo Alcántara Salazar
Fuente: Lima, agosto 2008
Estamos en la Era de la globalización. La sociedad mundial funciona como una sola aldea, gigante, pero unificada. Por ese motivo The Programme for International Student Assessment (PISA), viene realizando pruebas de aptitud académica en el dominio del lenguaje, en ciencia y tecnología, comparativamente entre estudiantes de diferentes partes del planeta. La medición del rendimiento se considera en una escala de I a V. Los del nivel V son del mayor rendimiento, en ese grupo se ubican los posibles sabios, los genios, aquellos cuyas posibilidades lo predisponen para alcanzar los máximos logros en el campo de ciencias, las letras, las artes y las humanidades. Según esa prueba los escolares peruanos ocuparon el último lugar en el mundo, en las tres materias que fue objeto de evaluación, proyectándose un sombrío futuro sobre la calidad de los profesionales que tendremos en el futuro. Como a todos consta estos resultados dieron lugar a que algunos miembros de la clase política, algunos ex ministros y “expertos” en educación se pronunciaran sobre este tema. Fueron muy enfáticos en sus críticas a los maestros del Perú. Atribuyeron toda la culpa al SUTEP, Sindicato único de Educadores, movimiento que surgió durante el gobierno de Velasco en la década de 1970. Todos los que opinaron habían estudiado la primaria y la secundaria antes de esa fecha y por tanto, su educación debió ser mejor, sin las presuntas taras creadas por ese organismo sindical. La autoridad con que se pronunciaron, la fuerza inquisitorial de sus condenas, aunque no dijeron nada sobre de educación, performativamente se presentaron a la opinión pública, como profesionales de otro nivel, del nivel V obviamente, el más alto en el ámbito global. Había que aceptar las críticas que hacían con la condición de que efectivamente estuviésemos ante profesionales que no solamente rindieron de acuerdo al V nivel, sino que las consecuencias posteriores fueran ubicarse en el mundo profesional también en el estándar más alto, mejor dicho, ser profesionales globalizados. Como las condenas alcanzaron niveles estigmatizantes, reclamando incluso que no se les aumentara ni un centavo en sus precarios haberes a los profesores, equivalentes a unos 120 euros mensuales, haberes que hay que también traducirlo a una moneda fuerte, puesto que estamos ya exigiendo a los profesores peruanos rendimientos de acuerdo a estándares globales, de modo que eso se traduzca en rendimiento escolar también acorde a los estándares internacionales.
Estos hechos me llevaron a preguntarme: ¿fue tan buena la educación anterior a la década de 1970, como performativamente se sostiene? ¿Cuál es el estándar de nuestros profesionales peruanos? ¿Cuántos de ellos, habiendo estudiado en el Perú se han globalizado? ¿Tendremos, cien, mil, diez mil, cien mil?
Antes de 1970 no existían las evaluaciones PISA, es cierto, pero si el escándalo surge a raíz de estas evaluaciones que hacen recientemente, performativamente se está afirmando que antes de la existencia del SUTEP, el rendimiento de los estudiantes era similar al de los estudiantes de los países desarrollados.
Las evidencias demuestran que tenemos un buen número ─no sé exactamente cuántos─ intelectuales peruanos internacionalizados, pero solamente tres que han alcanzado estándar global, no en una década, ni en un siglo, sino en toda la historia, aunque en realidad correspondan al siglo XX: Mario Vargas Llosa, César Vallejo y Javier Pérez de Cuéllar. Hernando de Soto es peruano internacionalizado, que ha figurado entre los cien intelectuales más influyentes del planeta, viene recibiendo muchos premios de gran prestigio y figura en la bibliografía de un best seller: Economía del Hidrógeno de Jeremy Rifkim(2). Pero no estudió en Perú, sino en el extranjero.
El criterio que he utilizado para llegar a esta conclusión puede no convencer. No pretendo que sea infalible. Es probable que otras personas con criterios diferentes lleguen también a conclusiones diferentes. En el extranjero tenemos a millones de peruanos, entre los cuales algunos están muy bien empleados. Tenemos por ejemplo catedráticos titulares en Harvard, la más universidad más prestigiosa del universo, pero eso no los acredita como catedráticos globalizados, aunque los más exitosos recibieron la instrucción secundaria en las últimas décadas.
Motivado por el debate iniciado en el Perú, con fervor lapidario, a la vez que quienes son los más enfáticos, performativamente se presentaban como eminencias, y así los fue catalogando la opinión pública, decidí indagar cuál era el verdadero estándar de nuestros profesionales. El criterio que utilicé fue averiguar si fuera del Perú, esas personas, eran reconocidas, como lo son los intelectuales globalizados. Quería ver, si en las mejores librerías del mundo había en venta uno o más libros suyos. Tuve la oportunidad, durante tres meses de recorrer algunos países de Europa. Mario Vargas Llosa no falta en ninguna librería importante, con más de un título. En las librerías de España figuran, además de Mario Vargas Llosa, Enrique Bryce Echenique y Santiago Roncagliolo.
Entre el 28 de abril y el 12 de mayo del 2008, se llevó a cabo la Feria del Libro de Buenos Aires, en un ambiente de 45,000 metros cuadrados. Para ingresar había que pagar ocho pesos, el equivalente a ocho nuevos soles y casi tres dólares. En el interior de la feria funcionaban once auditorios con más de cien butacas cada uno, en los cuales se llevaban a cabo una variedad de eventos culturales paralelamente. En uno de ellos se programó un simposio dedicado a honrar a César Vallejo. Por el ingreso había una variedad de afiches. Uno de ellos muy destacado presentaba a Mario Vargas Llosa entre Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, como representantes del boom. En ambientes muy amplios, los diarios más importantes de Argentina El Clarín y La Nación habían acondicionado toda clase de propaganda para enaltecer esas empresas. La Nación presentaba su lista completa de colaboradores, de unas treinta eminencias globalizadas. Ahí figuraba Mario Vargas Llosa.
En la feria había decenas o quizá centenares de editoriales no solamente de habla castellana. La característica de estas editoriales es que presentaban solamente a autores muy destacados. Paidós ─entre muchos títulos y autores de prestigio global- presentaba, entre las novedades, rumas de libros con los 27 tomos correspondientes a igual número de seminarios de Jacques Lacan, uno de los genios franceses del siglo XX, publicados por primera vez en español de manera completa. Estos seminarios se imparten en las universidades más importantes de Francia. En este caso Lacan desarrollaba un seminario anualmente. Entre los asistentes algunos alumnos grababan estos seminarios que luego se publicaron. El público que asistía a estos seminarios tenía un respeto casi místico a los expositores geniales entre los cuales también figuraba Foucoult, cuyos seminarios también fueron grabados y publicados como libros. Paidós exhibía a Lacan; Fondo de Cultura Económica a Foucault. En otras editoriales pregunté por libros de ambos autores; muy prestos me mostraron decenas de títulos, pero no eran libros de los ya mencionados autores, sino sobre Lacan o Foucault. Esta es la característica de los autores globalizados. En el prólogo de uno de seminarios de Foucault, escrito por quienes hicieron la grabación se cuenta que estos seminarios eran libres, pero que el ambiente era para un número determinado, por decir para cien personas. Pero que asistían quinientas. Foucault se sentía incómodo con tanto público y cambio sus seminarios para un horario que difícil, pero igual número de personas colmaban los ambientes. Entre los muchos autores globalizados figuran los libros del politólogo argentino Ernesto Laclau, quien mantiene permanentes debates con un selecto grupo de pensadores, entre los cuales se incluye a Zizek, uno de los cien intelectuales más influyentes del mundo en la versión 2008.
Las grandes editoriales de habla española se disputan los derechos de autor de las celebridades, a quienes les publican incansablemente. Mientras los autores comunes editan pequeños volúmenes en sus países de origen, los autores globalizados escriben también por encargo. Organizan debates que son grabados, publicados en los idiomas originales y luego traducidos al español. Cuando menos las editoriales de España y Buenos Aires tienen esta característica.
Los libros de las eminencias estaban ahí, en la Feria. Pero antes de la feria y luego también después, en no menos de cuarenta oportunidades he visitado las librerías de Buenos Aires: Distal, Ateneo, galerna, Losada, que son las principales; y otras. Ateneo tiene un local en la cuadra 18 de la avenida Santa Fe, además de las que tiene en La Florida y otras direcciones. Su local de la avenida San Fe fue originalmente un teatro, El Ateneo. Tiene cuatro pisos y un sótano. Para desplazarse en su interior hay ascensores y escaleras eléctricas. Ahí se puede encontrar toda clase de libros, pero solamente de autores que tiene considerable demanda. Mario Vargas Llosa es el autor peruano favorito, luego Bryce Echenique y finalmente Santiago Roncagliolo, aunque también se incluyen los libros de Sergio Bambarén, el peruano más leído en el mundo, traducido a cuarenta idiomas y con veinte millones de ejemplares vendidos. Y eso es prácticamente todo. De los autores peruanos que han escrito sobre temas correspondientes a las ciencias sociales o la política, un solo nombre aparece: José Carlos Mariátegui. Nadie más. De humanidades y otras especialidades, nadie, salvo los libros de Carlos Castaneda, el autor de Las enseñanzas de don Juan, que algunos dicen que fue Cajamarquino; y nadie más.
Buenos Aires tiene decenas de editoriales. Traducen y publican a los grandes autores, de todas épocas históricas y de todas las especialidades. Los libros aparecen en rumas aun día y a la siguiente semana quedan solamente unos pocos. Autores franceses, alemanes, ingleses, norteamericanos, en fin de todos confines de la tierra, siempre que a criterio de los editores lo merezcan. Decenas de eminencias francesas, considerando a Foucault, Deleuze, Badiou, Ricoeur, Sartre, Lacan, Derrida, etc., etc. Genios que forman a genios, eso es que aparecen publicados. Polémicas entre genios, propiciadas por ellos mismos o por editores. Para quien está en el mundo intelectual no leer a estos autores es estar fuera del mundo. En cambio no se edita a los autores peruanos, porque no pertenecen a ese real grupo de elegidos. Alguno, entre los más pintados en nuestro, publica libros para el consumo interno, pero no son reproducidos en el extranjero. No existen en las librerías. Entre las publicaciones nativas, algunos autores publican resúmenes de libros de autores universalmente consagrados, pero actualmente no se reconoce valor ni a los resúmenes ni a las paráfrasis. En el Perú existe un criterio muy equivocado: Se consideran eminentes catedráticos, sabios intelectuales quienes han leído un cierto número de libros y pueden citar a muchos más, de cuyos libros han leído las solapas o datos biográficos que ahora se difunden por internet. Eso no tiene ningún valor en el gran mundo intelectual, donde se valora la creatividad, donde se leen libros no para repetirlos, resumirlos o parafrasearlos, sino para recrearlos, para utilizarlos como insumo para productos intelectuales nuevos.
Ahora que se ha puesto en debate el estándar de la educación peruana, en que no solamente los niveles preuniversitarios están descalificados, sino también las universidades.
¿Qué profesor universitario peruano tiene ese privilegio? ¿Aunque sea uno?
Los líderes peruanos debieron darse cuenta de este déficit en la vida intelectual peruana viendo cómo anda el mundo, la cantidad de científicos ganadores del Premio Nobel. Del progreso de la ciencia y la tecnología. Todos parece que teníamos la mente en receso. Tuvo que producirse exámenes como las evaluaciones PISA, para tomar conciencia de lo mal que estaba la educación. Aunque realidad no era un darse cuenta, sino más bien un pretexto para aplicar la vendetta, el estigma, demostrando ser más fuerte que los maestros de nivel inicial y primario. Pero ha llegado la hora de mirar en conjunto.
¿Y por qué todo esto? PISA, con su prueba intenta ver si nuestros escolares están en las mismas condiciones que los estudiantes europeos y norteamericanos, para ver si de adultos igualmente estarán en las mismas condiciones. Por tanto, quienes se valen del estado precario del rendimiento escolar de los niños y adolescentes peruanos, quienes se escandalizan tan vehemente parecieran decirnos que en su etapa escolar tenían mismo estándar que los escolares de los países desarrollados de su generación y ahora como adultos mantienen ese mismo nivel de aquellos ex niños, los actuales eminencias grises. Y vemos que las verdaderas lumbreras intelectuales de los países desarrollados están presentes en las mejores librerías, en tanto que los profesionales peruanos, entre ellos los más críticos, no existen en ese contexto. No rebasan las fronteras del país. Dato que cualquiera puede verificar.
Todo esto demuestra que hay dos mundos: El del Perú y el resto del mundo. Nuestros presuntos genios son las celebridades dentro de esta esfera que se llama Perú; más allá no existen. Pero no hay que tomarlo a la ligera. Eso no quiere decir que no tengan amigos fuera del Perú. Incluso pueden invitarlos a dar conferencias y luego almorzar o tomarse un café mientras los tengan en nuestro medio. Pero en estas cosas no hay magia contaminante. No hay trasferencia ni endose de talentos. Las relaciones casuales se los pueden buscar, fomentar. Eso no los hace ya exitosos autores, ni catedráticos que hagan delirar a las multitudes. Si fueran tan brillantes, las universidades donde ellos trabajan se repletarías de estudiantes extranjeros y no solamente los peruanos que no tiene otra opción.
En resumen, el intelectual más globalizado es Mario Vargas Llosa. Sus libros se venden en las mejores librerías de todo el mundo y han sido traducidos a decenas de idiomas. Su vigencia se incrementa cada vez que publica un nuevo libro. Recordemos que es el autor de la presentación de El Quijote al cumplirse los cuatrocientos años de su primera publicación. Le pidieron y escribió un ensayo introductorio para una edición de lujo de Los miserables de Víctor Hugo. A pesar de haberse distanciado de Gabriel García Márquez, aceptó que se publicara un ensayo sobre Cien años de soledad. Ha sido catedrático de lujo de las mejores universidades del mundo y tiene entre otros el doctorado honoris causa otorgado por la universidad de Harvard, además de múltiples premios por su obra literaria. Figuró entre los cien intelectuales más influyentes en el 2005 y entre los veinte intelectuales más influyentes del mundo en el 2008.
Sobre su obra litería se han publicado libros escritos por eminentes críticos literarios de diferentes nacionalidades. Y una cantidad considerable de doctorandos en literatura a lo extenso del mundo preparan sus tesis en torno a la literatura de Vargas Llosa. Mario Vargas llosa merece el Premio Nobel, indudablemente. Pero si el criterio político prima sobre las virtudes intelectuales nunca tendrá ese premio, el cual también fue esquivo para Jorge Luis Borges. Hay talentos que nunca fueron distinguidos por nobel pero gozan de la vigencia que no alcanza a muchos laureados con esa distinción.
Mario Vargas Llosa y Macchupicchu son lo más conocido que tiene el Perú.
El otro peruano globalizado, sin duda alguna es Javier Pérez de Cuéllar que por espacio de diez años fue brillante secretario general de la ONU.
César Vallejo está considerado como un creador genial. Conforme pasa el tiempo su prestigio no desaparece sino que se agigante por el orbe. Ya ha sido traducido a varios idiomas, a pesar de lo difícil de su escritura.
Otros países han tenido muchos genios. Son los autores de grandes obras, los in ventores, los investigadores que merced a sus descubrimientos han ganado el Premio Nobel. En Latinoamérica, Argentina tiene cuatro Premio Nobel, Chile dos. Guatemala uno, Méjico dos. Ojalá con Vargas llosa no suceda lo que pasó con Borges. Pero con el Nobel o sin él, Borges es una gloria universalmente reconocida, mucho más que otros que fueron reconocidos con ese galardón. No tenemos cantantes populares que inscriban su nombre en el salón de Fama de Hollywood, como la colombiana Shakira. Aunque quizá Juan Diego Flores sea la gloria global que el Perú necesita en la música clásica. Nuestro país tiene pocas glorias y muchas debilidades como sucede con el fútbol. Que no pretendan convertirse en paradigmas de grandeza, aprovechándose justamente del bajo estándar intelectual de nuestro pueblo personas que han tenido algunas ventajas, pero que no han trascendido más allá de las fronteras de nuestro país en vías de desarrollo y recurren a la petulancia como compensación de éxitos reales que nunca lograrán. El trato estigmatizante que dan a los maestros no es muestra de grandeza, sino todo lo contrario.
Necesitamos de una política adecuada para dar lugar a que emerjan los sucesores de César Vallejo, José Carlos Mariátegui. Y que le envidia no corroa nuestra mente como para negar a quienes como Mario Vargas Llosa constituyen lo mejor de nuestro patrimonio cultural. Porque el patrimonio cultural está integrado por lo tangible y lo intangible, lo humano y lo no humano. Que ese cambio sea el comienzo para que nuestro país cumpla un papel decoroso en el mundo global.
Otras de las glorias de la cultura peruana son indudablemente José María Arguedas y Julio Ramón Ribeyro. En las librerías extranjeras no busquemos libros de otros autores peruanos, porque no vamos a encontrar. Sin embargo, hay que aclarar que peruanos destacados que trabajan en el extranjero se han creado sus propios nichos locales en esos lugares.
Para valorar adecuadamente la educación peruana anterior a 1970, cabe hacer una aclaración: Mariátegui fue autodidacta; y Mario Vargas Llosa, tal como desprende de la lectura de El Pez en el agua, en cierto modo también lo fue. Fundamentalmente fue un autodidacta. ¿Dónde radica, entonces, la gloriosa tradición de la educación peruana anterior a la década de 1970, como performativamente se sostiene?
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Notas:
1 Adelanto del libro que escribe el autor con el título: Maestros: Quisieron ser apóstoles; terminaron estigmatizados
2 Título original: The Hydrogen Economy, publicado en inglés, en 2002, por Penguin Inc., Nueva York. Publicado en español también en el 2002 por Ediciones Paidós Ibérica, S.A. de Barcelona y Buenos Aires.