Luis Hernán Castañeda
"Una novela no necesita ser realista para hablar del Perú"

Por Francisco Ángeles
Fuente: La Primera, Lima 03/12/05

Por estos días, Castañeda se encuentra en México formando parte de la delegación de escritores peruanos que nos representan en la Feria de Guadalajara, donde Perú es el país invitado.

El año pasado, Luis Hernán Castañeda (Lima, 1982) publicó
Casa de Islandia, su primera novela, que tuvo muy buena recepción por parte de la crítica y fue considerada una de las mejores del año.

Castañeda acaba de publicar
Hotel Europa (Peisa), una historia alucinante que registra la transformación de un periodista que, llegado al extraño pueblo de San Andrés, se convierte en la mítica Allison Richter, y funda un gran burdel: el Hotel Europa.
 

-Has pasado de la casa al hotel y de Islandia a Europa. ¿Estás ampliando el horizonte temático?
-Hotel Europa es más ambiciosa, tiene más personajes y la intención fue representar la vida completa de San Andrés, mientras que Casa de Islandia se centraba en la Universidad Católica. En ese sentido sí hay una ampliación. Pero en cuanto a los títulos, es una coincidencia.

-También podría verse como el paso del escritor literario al escritor aventurero...
-No hay una división tan tajante entre el escritor literario de Casa de Islandia y el escritor aventurero de Hotel Europa porque la novela tiene un nivel alegórico. Puede leerse como una alegoría del escritor que se enfrenta a un público.

Antes estaba encerrado en un mundo privado, ajeno a los lectores y a cualquier respuesta del mundo exterior; ahora, al estar enfrentado a la mirada de otros, tiene el deber moral de mantenerse fiel a sus principios.

En Hotel Europa el periodista no se mantiene fiel a lo que era, se transforma, pierde su ser porque obtiene beneficios a cambio. Es lo que puede pasarle a muchos escritores que empiezan a publicar. Cuando no hay demanda del exterior, permanecen fieles a sus principios literarios. Pero cuando aparecen presiones es difícil mantener el rumbo.

-Presiones personales, por la expectativa que se puede generar...
-Y presiones de mercado. ¿Por qué escribir un tipo de literatura que uno sabe que no se va a vender? Al escribir Casa de Islandia mi intención principal fue reflejar un mundo íntimo, autobiográfico, casi confesional.

Por eso me sorprendió que el libro fuera bien recibido por los lectores, lo que me puso en la disyuntiva de seguir ese camino original o responder a una exigencia ajena. Y lo que decidí fue representar el conflicto, el dilema de decidir entre una literatura pura y otra contaminada por cuestiones externas a ella.

-Buscas alejarte de la vertiente realista...
-Sí. Además buscaba que mi novela sea cómica, en el sentido del "mundo al revés". Todos los personajes sufren una transformación que es cómica. No quería hacer personajes que parezcan reales. Es una tendencia muy antigua, sólo que ahora tiende a ser hegemónica.

Eso no significa que el realismo vaya a morir, pero es la literatura que están haciendo sobre todo los jóvenes. Es una literatura en la que los personajes, al no estar sujetos a lo mimético, tienen una libertad que me interesa explotar. Por ejemplo, presentar al Perú o a Lima es una herencia de la novela total.

Pero una novela puede representarla sin hacerlo de manera realista. En Hotel Europa uso los discursos de la pornografía y de la política para hablar del Perú. No es un espejo de la realidad política, sino la representación de una sensibilidad a través de un espejo deformante.

 

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