Carlos Meneses
Borges quiso romper mi libro sobre su poesía juvenil
Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru21, Lima 25/04/06
Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru21, Lima 25/04/06
"Cuando llegué a París ya no tenía un centavo. Pero allá tenía amigos, Julio Ramón (Ribeyro), Pablo Macera, Luis Loayza, Mario Vargas -en esa época no se le decía Vargas Llosa-, con quien tengo una anécdota interesante", recuerda Carlos Meneses.
-Cuéntemela.
Había dos grupitos de periodistas de Última Hora y de La Crónica, que éramos antagónicos, pero grandes amigos. Nos reuníamos en el bar Zela, en la plaza San Martín. Y un día llegó Ney Barrionuevo -era de los mayores- trayendo a un jovencito que venía de Piura, de 16 años y que no hablaba mucho. Y sucedió que Mario comenzó Conversación en La Catedral hablando de otro chico de ahí, Norwin Sánchez, diciendo: 'Son las 10 de la mañana y Norwin ya está borracho' (ríe).
-¿Por qué comenzó a buscar la tumba de Oquendo de Amat?
Estaba afanado en el tema porque, para mí, era como una devolución de lo que la familia Oquendo, primos del poeta, había hecho por mí. Yo viví con ellos hasta los 24 años, y desde niño había oído hablar de él; entonces, en el 61, cuando estuve en España, me enteré de una serie de cosas que me hicieron pensar en investigar. Una tía mía era la que más sabía al respecto y me proporcionó datos y, así, a lo largo del tiempo, los fui uniendo con otros y haciéndome una visión del itinerario.
-¿Y cómo llegó al lugar?
Un día me llamó un poeta, Antonio Cilloniz, para ofrecerme ir a Navacerrada, donde sabía que había muerto. Me propuso que fuéramos con José Antonio Bravo. Nos costó un poco encontrar el lugar porque era domingo pero, como era un pueblo chiquito, aparecieron todos. Abrieron el ayuntamiento y sacaron un cuaderno de hace 500 años escrito a lápiz. Yo sabía la fecha, y encontramos el nombre de Carlos Oquendo de Amat.
-¿Y la tumba?
Fuimos al cementerio y el viejo enterrador contó los túmulos de tierra que había. Cuando llegó al lugar correspondiente, el orden era poco claro, había dos, pero el enterrador señaló uno y dijo que ese era. Finalmente, escribí a Lima y el Instituto Nacional de Cultura se encargó de poner una lápida.
-Usted también hizo publicaciones importantes sobre Borges.
Yo supe que Borges había estado en Mallorca -donde resido hace 42 años-. Y fui buscando datos al respecto hasta que aparecieron cartas, artículos, fotos, etc. Lo primero que publiqué fue un librito, en el 78, con los poemas, que eran como doce. Esos poemas pudieron ser los que rompió, aunque nadie lo sabe con certeza. El segundo libro que publiqué fue uno con 12 cartas que había allá, que en realidad fueron más de 40. El tercero fue Borges en Mallorca y el cuatro fue un exceso, pero lo publiqué por necesidad.
-¿De qué habla?
Es que la viuda de Borges, María Kodama, hizo publicar un libro sobre Borges antes de que fuera famoso. Y reunió todo, pero -al margen de que no me mencionó para nada en el hallazgo del material- con muchas imprecisiones. Para aclararlas escribí El primer Borges.
-Borges escribió poemas elogiando a la revolución bolchevique...
Bueno, él tenía dos o tres poemas y era un muchacho de 18 años cuando los escribió. Uno de estos poemas es Rusia, que tampoco es muy directo al respecto, Trinchera, y un par más.
-¿Llegó a tener contacto con él?
No directamente pero, cuando yo ya tenía armado el segundo libro y supo que lo íbamos a publicar, él dijo que llamaran a su abogado, que iba a iniciar un juicio, que no podía ser. Pero sucedió lo que siempre pasaba con Borges que, al darse la vuelta, ya se había olvidado. Al tiempo vino Borges invitado a Palma de Mallorca, con María Kodama como secretaria.
-¿Se lo encontró?
Yo no me atreví a decirle nada, no fuera que me mordiera (ríe). Pero terminó yendo a una librería cuyo dueño me conocía. Él cogió uno de mis libros y se lo enseñó: 'Mire, maestro, sus poemas de jovencito'. Y él, que ya no veía, le dijo a María Kodama: '¡Rompa ese libro!'. Y ella le contestó: 'No, Borges. En la portada hay una foto muy bonita'. 'Bueno, conserve la foto y rompa el resto'.
-En cuanto a su trabajo literario, ¿qué novelas suyas van a editarse aquí?
Debe salir pronto la reedición de la novela Bobby estuvo aquí, que se publicó en México, en 1989. Y la otra novela, inédita, es El héroe de Berlín, que trata sobre un maratonista peruano al que le decían 'el pavo olímpico' porque se fue de polizonte, en el barco a Berlín, a correr en las Olimpiadas de 1936.
-¿Cómo se enteró del tema?
Cuando yo trabajaba en Última Hora, una noche vino un periodista llamado Carlos Hurtado y le dijo al jefe de redacción: 'Todas las noches, al salir, encuentro a un borracho del que me han dicho que era campeón del mundo y no sé qué'. Resultó ser cierto. Inmediatamente hicieron una campaña y lo recuperaron. Es más, terminó ganando millones porque se hizo dueño de dos funerarias. Y hasta quiso ser diputado.
Autoficha
Nací en Lima, en el jirón Ica, al frente del Teatro Municipal, el 30 de diciembre de 1929. Estudié en el colegio San Andrés. Comencé siguiendo Ciencias Económicas, en San Marcos. hice un año de Letras, me fui en el 52 a Buenos Aires a estudiar. No estudié nada, pero entré al periodismo. Cursé un año de Pedagogía. Piqué de todo. Trabajé como periodista en Última Hora. Considero mis libros sobre las primeras poesías de Borges tan importantes como el hallazgo que hice de la tumba de Oquendo de Amat. Vivo hace 42 años en Palma de Mallorca, en España.