Gregorio Martínez
“El ensayo está desamparado”
Por José Vadillo Vila
Fuente: El Peruano, Lima 17/03/09
http://www.elperuano.com.pe/edc/2009/03/17/cul1.asp
Por José Vadillo Vila
Fuente: El Peruano, Lima 17/03/09
http://www.elperuano.com.pe/edc/2009/03/17/cul1.asp
Desde los intramuros de la potencia del consumismo –Arlington, Virginia, EE UU–, haciendo sitio entre su trabajo y la lectura de sus cuadernos de bitácora (“reales cuadernos de parvuliche en los que escribo mis notas y bocetos narrativos o de ensayo”), el escritor nasqueño Gregorio “Goyo” Martínez nos respondió a las felicitaciones y al cuestionario por su nuevo galardón, el Copé de Oro de la I Bienal de Ensayo Premio Copé Internacional 2008, obtenido la semana pasada por Diccionario abracadabra. Ensayos de abecechedario.
¿Alguna circunstancia especial dio vida al tema del ensayo Diccionario Abracadabra?
–Aprendí a leer sin ir a la escuela, pues vivía en el monte, no en la ranchería de Coyungo. Lo aprendí escuchando a mi hermano Juan cuando enseñaba a mis padres. Yo era muy chiquito y aun no sabía leer cuando el mercachifle Alberto Adato, un judío sefardí que llegaba a lomo de mula, me dejó un libro que para mí era la Enciclopedia de los sueños. Bueno, yo no sabía leer; sin embargo, leía de corrido una rara escritura muy tupida que una araña dejaba sobre la arena. Con la misma ilusión empecé a leer el misterioso libro, que era un muestrario con infinidad de anotaciones de Adato. Media centuria más tarde, de pura casualidad ubiqué a Adato en Seatle. En estas circunstancias retomé la Enciclopedia de los sueños. Me puse a traspalear la escritura de araña hacia el alfabeto fenicio latino.
¿Gregorio, cuánto tiempo le tomó investigar y redactar el texto y por qué esta referencia al “abracadabra”?
–Al trabajar un texto no tomo en cuenta el tiempo. Mi diccionario es magia y realidad. Por eso la referencia a abracadabra, que es un vocablo ecuménico que se pronuncia igual en todas las lenguas del mundo. Y se escribe de la misma manera en todos los idiomas que usan el alfabeto fenicio latino. Pero abracadabra no es griego ni latín ni siquiera sánscrito. La clave verdadera no está en internet, menos en la irrisoria Wikipedia, sino en mi diccionario hecho a pulso.
¿Por qué hablar o referirse a un diccionario en tiempos de internet, del wikipedia?
–Porque trabajos como Diccionario abracadabra son los chupín de tramboyo que alimentan internet y todos los incipientes glosarios del espacio cibernético. ¿O alguien piensa que Google sale de la nada? Habría que ser un huevofrito para creer eso.
¿Algún significado personal tiene haber ganado el Copé de Ensayo y también el de Cuento?
–No busco significaciones personales. Quiero que todo escritor sienta la escritura como el mismo caucau, unas veces servido en mate, otras en plato de peltre, en porcelana china, incluso en panca de choclo. Como dije una vez refiriéndome a la última novela del psiquiatra Max Silva, mejor sería aludir a “libro” solamente y no clasificarlo.
Hablemos del ensayo...
–Como género, esta desamparado. Hay becas para escribir sesudas tesis, estudios profundos, pero nadie financia un ensayo. Aun la poesía, la novela, tienen a los concursos literarios. Al ensayo sólo a veces se le toma en cuenta y con el riesgo de que el jurado se confunda y se decida por una buena tesis universitaria.
¿Cómo percibe el desarrollo de este género en la región?
–Debido al desamparo, el ensayo en el Perú y en América Latina está peor que antes. Entre los pensadores idealistas reaccionarios ahora no tenemos un José Enrique Rodó. Entre los racistas no tenemos uno tan bueno como José Vasconcelos, que escribía indignidades de los chinos. Entre los que todavía fungen de políticos de izquierda no tenemos ninguno que le llegue a los callos al amauta Mariátegui, aunque ha perdido vigencia. Pedro Henríquez Ureña deja en el polvo a cualquier ensayista actual, tanto que aun Borges le tenía respeto.
El jurado destacó su ingenio y el humor, pero los ensayistas los toman con pinzas.
–Ocurre que el humor no es cuestión de decisión. Si no existe vena, intentarlo resulta en vano. Aunque a veces da la impresión que buscando se encuentra. Por lo menos Mario Vargas Llosa lo encuentra. No en sus ensayos, pero sí en su narrativa. ¿Tendrá un secreto humor el autor de La casa verde? Habría que preguntarle al escritor Carlos Meneses que burdeleó con Vargas Llosa en la época en que eran periodistas. Si el pensamiento académico es ajeno al humor, también tendría que decirse que es ajeno al ensayo. Prueba al canto: los académicos de la Universidad de San Marcos nunca aceptaron que José Carlos Mariátegui, nuestro ensayista por autonomasia, diera cátedra. Y esto pese a que muchos lo solicitaban.
Y para usted el humor y la ironía son casi sello de su narrativa.
–Son una manera de quebrar la norma y el orden establecido. Una función similar tiene para mí la sexualidad. Humor y sexualidad para mí van juntos. No confundir acto sexual con sexualidad. Porque cuando se produce una situación humorística no se puede chingar. Sin embargo, es evidente que en el título Siete ensayos a filo de catre, el sentido es más humorístico que obsceno.
¿Hoy la sensualidad y oralidad se entienden mejor o se confunde con pornografía?
–Hay una situación definitiva. Desde sus orígenes la literatura es obscena, erótica, sexual. Aun la sacra como la Biblia. Quizás porque la primera muestra de escritura que existe, un grafitti encontrado en Egipto en un muro que había sido letrina para mujeres, es una expresión obscena y sexual. Dice, escuetamente, cómo son los grafitti, “me gusta el trozo”. Aunque un famosísimo paleógrafo peruano que murió envenenado por la CIA en París, Artemio Cajavilca, amigo de Sartre, argumentaba que no decía trozo sino trazo. Y estamos hablando de alfabetos recónditos, no de la confusión de una "a" con una "o".
La confusión del ensayo
“En América Latina, desde hace bastante rato, se ha confundido lo que es ensayo. El concurso más importante, el de Casa de las Américas, solo una vez premió un verdadero ensayo, Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano. Después, año tras año, ha venido premiando tesis doctorales y estudios académicos o investigaciones.
Trabajos muy meritorios, a veces excelentes, pero no son ensayos. La situación se ha perpetuado porque el jurado siempre está compuesto por ganadores anteriores y éstos sólo tienen apreciación para los estudios con un marco metodológico y les parece insignificantes los trabajos de carácter especulativo y de tono personal. Un ensayo es escritura y logro artístico antes que nada”.
Cortitas
1 ¿Vendrá este año al Perú? Para recibir la marmaja, no. Porque la reventaría la misma noche. Me dicen que por Lurín hay ahora unos buenos antros del vicio. Entonces, para evitar desmanes, prefiero reservarme para cuando salga Diccionario abracadabra, que será para la próxima Feria del Libro (mes de julio).
2 ¿Novela a la vista? Tengo varios trabajos en proceso. La prioridad está sobre una novela cuyo primer capítulo apareció en la revista Hueso húmero. Si Diccionario... no hubiera ganado el Copé, no lo publicaría hasta después de la novela.
3 Homenajes. Nadie me los hizo cuando fue oportuno. Ahora no quiero homenajes, ni los necesito. No me hacen falta. Hay otros escritores que requieren ese reconocimiento.
Datos
35,000 nuevos soles y la publicación del ensayo obtuvo Diccionario abracadabra. Ensayos de abecechedario, como ganador del Copé.
De los seis finalistas del galardón, dos son venezolanas y cuatro peruanos.
Goyo Martínez (Coyungo, Nasca, 1942) ha publicado Tierra de caléndula (1975), Cuatro cuentos eróticos de Acarí (2004), Canto de sirena (1977), Crónica de músicos y diablos (1991), La gloria del piturrín y otros embrujos de amor (1986), Biblia de guarango (2001) y Libro de los espejos. 7 ensayos a filo de catre (2004).
Ganó el trofeo de Oro de la XII Bienal de Cuento Premio Copé 2002 con Guitarra de palisandro.
El viernes 13, el jurado calificador deliberó y dio como ganador de la XV Bienal de Cuento Premio Copé Internacional 2008.