Ampliamente conocido por sus investigaciones sobre las culturas peruanas precolombinas, el destacado científico social Federico Kauffmann Doig acaba de publicar un nuevo volumen que compendia los últimos descubrimientos sobre nuestro monumento histórico más importante: Machu Picchu, tesoro inca (Icpna). Sobre el tema, conversamos con el autor.

 

-¿Cuál es la nueva tendencia en las ciencias sociales en los estudios sobre Machu Picchu?

-La tendencia aplicada en el estudio de Machu Picchu, desde Bingham, se han limitado fundamentalmente a emplear técnicas arqueológicas para hurgar en los aspectos arquitectónicos y de ingeniería que presenta el portentoso monumento.

 

-A partir de estos, ¿es posible establecer nuevos descubrimientos sobre lo que fue Machu Picchu? ¿Qué viejos mitos se han derrumbado?

-En cierta forma sí, pero mientras se han derrumbado viejos mitos, otros parecen reemplazarlos, tal como la propuesta que esgrime que el complejo Machu Picchu fue habitado por un grupo de afeminados.

Pero también es preciso citar los logros que en materia de ingeniería hidráulica han acumulado las sucesivas exploraciones conducidas por Wright Water Engineers con la cooperación del arqueólogo cusqueño Alfredo Valencia.

Además, otros expertos han sepultado la hipótesis de Bingham acerca de que Machu Picchu era una mamacona, o sea residencia de acllas o mujeres escogidas dedicadas al culto, a concubinas del soberano y a ser materia de obsequio por méritos…

 

-¿Cuáles son las partes oscuras que todavía perduran sobre Machu Picchu? ¿Por qué no es posible develarlas?

-Las interrogantes aún no reveladas o reveladas a medias son las que ocupan la mayor parte de mi investigación. Es por eso que no me preocupa si en alguno de los recintos, digamos, su construcción haya demandado 3.151 sillares y si éstos son o no exactamente del mismo tamaño.

Considero que de esta manera no pueden ser resueltas las preguntas medulares acerca de la historia de Machu Picchu. Por eso recurro a otras estrategias de aproximación a su estudio.

 

-¿Y qué resultados le permiten formular las estrategias que usted emplea?

-Por ejemplo, el dar una respuesta al porqué cordilleranos, como eran los incas, penetraron en un territorio que les era ajeno como el de los Andes Amazónicos, donde levantaron Machu Picchu, y que, además, les era inhóspito por las condiciones geográficas y climáticas que allí reinan: bosques de neblina que no se dan en la sierra, con un índice de humedad muy alto.

 

-¿Usted cree que el santuario de Machu Picchu viene siendo cuidado debidamente? ¿Cuáles son sus principales problemas?

-Los problemas de conservación adecuada del santuario de Machu Picchu son complejos y de gran magnitud. No de los problemas es el uso turístico exagerado que deteriora el monumento, por lo que deben ser introducidas estrategias nuevas surgidas de la creatividad.

También hay factores naturales que atentan contra la integridad de Machu Picchu. No sólo los recurrentes deslizamientos, sino especialmente los fenómenos provenientes de la fracturación de la roca que experimenta el Batolito de Vilcabamba, y que hace que las piedras constitutivas de los muros sufran desplazamientos.

 

- Dentro de un concepto moderno de lo que es un sitio arqueológico, ¿qué se debiera hacer con Machu Picchu? 

-Estudios encomendados a técnicos de primera y la ejecución de proyectos elaborados muy cuidadosamente.