Miguel Gutiérrez
Miguel Gutiérrez: 'Socialismo y novela son incompatibles'
Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 18/06/07
http://www.peru21.com/P21Impreso/Html/2007-06-18/ImP2Cultura0740796.html
Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 18/06/07
http://www.peru21.com/P21Impreso/Html/2007-06-18/ImP2Cultura0740796.html
¿Cuánto ha cambiado el ensayista Miguel Gutiérrez en estos 40 años?
Soy consciente de que, hasta mis ensayos de los años 80, puse el acento en el debate de ideas, en los esclarecimientos ideológicos y políticos. Claro, sin dejar de lado los aspectos formales y estructurales de los textos. Sin embargo, en los últimos 17 años, he puesto énfasis en la dimensión del placer que produce leer una obra. En cualquier caso, en ambas etapas, hay una tercera intención: deseo suscitar en el lector el amor por la literatura.
¿No siente que es mejor ensayista de obras de autores foráneos y que al escribir sobre nuestros compatriotas su carga ideológica le pesa mucho?
Bueno, hay algo de lo que usted señala. En los autores extranjeros, por el hecho mismo de que están desvinculados de nuestra realidad social e histórica, esta dimensión tiene menos peso en mi análisis. Quizás me siento más libre para el goce mismo de las obras.
¿Ahora le da más importancia a la dimensión estética del texto?
Al placer que genera. Aunque un escrito sea denso y trate sobre materias complicadas, debe ser disfrutable, sea cual sea la posición ideológica del autor. Ahora enfatizo esta dimensión.
Usted revisó, después de algunos años, sus primeras opiniones sobre Eielson y Borges. ¿Era un lector contaminado por la ideología?
Yo no diría contaminado, porque asumí el marxismo consciente y frontalmente. En el caso de Borges, dos razones me alejaron de él: los borgianos limeños (quienes querían escribir como Borges y establecer un canon literario) y sus posiciones políticas (su silencio ante las dictaduras argentina y chilena). Eso sí, siempre dije que era un gran escritor. Eielson siempre fue mi poeta preferido de la Generación del 50. He rectificado mi posición porque, con los años y con nuevas lecturas, siento que no fui justo con él.
¿Sigue siendo marxista?
Sí. Siempre he permanecido fiel a tres principios: la causa popular, mi lejanía de todo poder -un escritor debe estar alejado de este, sea capitalista o socialista- y mi espíritu crítico. Ser marxista no significa que uno deje de ser crítico y caiga en idolatrías.
¿Todavía cree que el socialismo es el primer paso hacia el comunismo?
Yo no soy un filósofo, ni un ideólogo, ni un político. Soy un escritor que utiliza el ensayo para hablar desde la razón. Sin embargo, en el mundo se han operado cambios y no puedo permanecer inmune al hundimiento y descomposición del socialismo. Pero yo sé que, dentro del marxismo, hay una evaluación de lo ocurrido. Espero que se retome el camino hacia una sociedad justa y libre porque todavía es posible el socialismo. Desgraciadamente, yo no sé cómo. Eso sí, en todas mis creencias he puesto -y pongo- una pequeña dosis de escepticismo porque no puedo permanecer ajeno a las enseñanzas que nos ha dado la historia; sobre todo, en los años que acaban de pasar.
¿Existe incompatibilidad entre la creación novelesca y la ideología?
Yo me he planteado esa interrogante porque durante mi práctica política empecé unas 10 novelas y no terminé ninguna. ¿Son compatibles la novela y el socialismo? Me parece que no. ¿Por qué? En toda novela hay la representación de un mundo problemático, cuya solución es un enigma. En cambio, en la estética del realismo socialista -cuyas historias pueden ser interesantes como crónicas o epopeyas- hay una solución para todo: el bien triunfa sobre el mal. La realidad no es tan simple.