Isaac Goldemberg
Dios es judeo-peruano Dios es judeo-peruano

Por Ernesto Carlín Gereda
Fuente: El Peruano, Lima 16/11/07

Isaac Goldemberg acaba de publicar el poemario El libro de las transformaciones (Fondo Editorial de la UNMSM, 2007). En él explora su relación con Dios y vuelve a tratar el tema del desarraigo.
 

Dios es una constante en estos poemas. ¿Cree que se deba a tu origen familiar o más bien por ser una de las grandes preocupaciones del hombre?
–A ambas cosas. Todos hemos crecido bajo la sombra de Dios, bajo el peso del papel que Dios ha desempeñado históricamente en la vida de los seres humanos. En este sentido, es dable pensar en Dios como en una especie de personaje creado por los seres humanos para que actúe dentro de dicha historia y para que ayude a explicarla. Por otra parte, mi preocupación con Dios o con la idea de Dios se debe también a mi origen familiar. Yo crecí bajo la sombra de dos dioses: el Dios del Pentateuco y el Dios de los Evangelios. Y aunque sabía que éste era una “figura histórica” y lo podía ver con mis propios ojos clavado en la cruz e incluso podía tocarlo con solo alargar la mano, siempre me pareció más etéreo que el del Pentateuco. Para mí, el de los Evangelios era un Dios celestial y el del Pentateuco un Dios más terreno.

En el poema “Umbilucus Mundi” escribe “dios” con minúscula, a diferencia del resto de poemas. ¿Cuál es la causa de esta diferencia?
–Además de “Umbilicus Mundi”, hay otro poema en el libro en que Dios aparece también con minúscula, y esto se debe a que ese “dios” aparece como algo genérico, es decir, no como un “Dios” específico, propio de una religión o de una creencia en particular. Al poner “Dios” con mayúscula, lo que busco es que el lector o el oyente del poema se remita inmediatamente a la idea de su “Dios” –en el caso de que sea creyente– o a la idea general de que todos tenemos de “Dios”, aunque no creamos en la existencia de un ser divino.

En algunos poemas parece que el tema gira alrededor del tema de la incomunicación entre personas distintas o con el pasado...
–Una de las cosas que más me sorprende de nosotros, los humanos, es la increíble dificultad que tenemos para comunicarnos eficazmente los unos con los otros, pese a que estamos viviendo, según nos aseguran, en la era de las comunicaciones. Sí, varios de los poemas de este libro aluden a la imposibilidad de comunicarse con el pasado, y también con el presente. Incluso, se dice que la poesía ha dejado de ser un canal de comunicación entre los humanos –con otros y consigo mismos–, así como una herramienta para descifrar y entender los misterios de la naturaleza y del universo.

¿Qué es lo que más pesa en los versos cargados de nostalgia? ¿La trayectoria personal o el pasado colectivo, tanto peruano como judío, que lleva a cuestas?
–Las dos cosas: en mi trayectoria personal, plagada de pequeños exilios, y en mi pasado colectivo –peruano y judío– plagado de grandes exilios. Por eso, esa nostalgia, esa añoranza por lo perdido me viene de muy lejos, desde antes de salir del Perú.

¿Esos poemas al abuelo huaquero están inspirados en la historia familiar verdadera o es solo una metáfora?
–La presencia del abuelo huaquero en uno de mis poemas es solo una metáfora, porque mi abuelo –el abuelo chepenano real– se ganaba la vida como comerciante, y no de huacos precisamente. Entonces, esa metáfora me sirve para presentar a mi abuelo como una especie de arqueólogo encargado de desenterrar los restos de mi historia familiar en el Perú y, por consiguiente, de mi historia como peruano.

De interés
Proyectos


1) Está escribiendo dos novelas a la vez.
2) Alista un libro de relatos y microrrelatos titulado Del bien y otras fábulas.
3) Prepara una edición en italiano y castellano de El libro de las transformaciones para un sello de Florencia.
 

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