Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 11/12/06
El narrador Antonio Gálvez Ronceros (Chincha, 1932) es el autor de Monólogo desde las tinieblas, un hito de nuestra literatura. En la Feria del Libro Ricardo Palma -que termina hoy- recibió un merecido homenaje de la Cámara Peruana del Libro. En un mundo donde prima el mercado sobre la calidad, Gálvez Ronceros cree que ha publicado -es autor de cinco libros- lo necesario. Eso sí, tiene dos volúmenes casi terminados: La casa apartada (relatos 'de la campiña') y Perro con poeta en la taberna (novela 'urbana').
¿Qué presencia tiene lo negro en la narrativa peruana?
Yo diría que el lector peruano, desde la aparición de mi libro Monólogo desde las tinieblas (1975), ha tenido la oportunidad de apreciar -en plena realización literaria- un relato con personajes afroperuanos contado 'desde dentro', es decir, con los protagonistas que usan su propio lenguaje, su modo de pensar y otros atributos que los identifican en la sociedad peruana. Por ello, las imágenes de mis relatos resultaron nuevas para los lectores, quienes tuvieron la oportunidad de ver cómo la realidad del entorno afroperuano era representada con fidelidad.
¿He aquí la originalidad de su aporte a nuestra literatura?
Sí. Mostrar lo que hasta entonces no se había tocado. López Albújar había hecho una aproximación. Sin embargo, el tema que domina Matalaché nada tiene que ver con el hombre afroperuano ni con su vida cotidiana. La esclavitud es otra instancia histórica que no se encuentra presente desde hace muchos años en el país. Por lo tanto, el universo cultural del hombre afroperuano es lo dominante en la narrativa que yo desarrollo.
¿Cómo evalúa el aporte de José Diez Canseco en cuentos como El trompo?
La mirada de José Diez Canseco es externa, como la de un turista que observa y juzga las cosas como si fuesen algo exótico. Naturalmente, su visión tiene elementos rescatables, como haberla dirigido hacia personajes populares, de zonas marginadas y marginales. Esto ayudó a configurar un mundo -aunque no auténtico- donde los valores de los personajes, cuando menos, fueron tomados en cuenta.
Se critica a López Albújar por su mirada terrible y 'falsa' de los Andes. ¿Hace lo mismo con el mundo negro?
Yo diría que sí. Su mirada 'dominante' no le permite a López Albújar ahondar en el mundo afroperuano. La imagen de Matalaché no es totalmente válida, se nota cierto exotismo. Si en sus Cuentos andinos el tremendismo dominaba; en Matalaché, también.
Ahora estamos 'juzgando' los textos de López Albújar y de Diez Canseco en términos sociológicos. Como textos literarios, ¿son valiosos?
En cuanto se insertan en nuestra tradición literaria, por supuesto que tienen valor y sirven para que ella siga enriqueciéndose.
Después de Gregorio Martínez, ¿ha perdido fuerza la literatura hecha desde el corazón del mundo negro?
En efecto. Yo también percibo esto. Gregorio Martínez y Gálvez Ronceros no tienen seguidores, el mundo afroperuano no tiene narradores.
¿Por qué?
No sé. Podría arriesgar una hipótesis; discutible, desde luego. Jamás hubiese escrito Monólogo desde las tinieblas si no hubiera nacido y vivido en mi provincia, Chincha. Sin esta experiencia, el mundo afroperuano no se conocería. Si bien escribo ficciones narrativas y la imaginación es el elemento clave para elaborar estas historias, mi experiencia de vida en 'zonas afroperuanas' ha sido fundamental. En suma, después de mí y de Martínez no hay literatura 'afroperuana' porque los escritores -sin importar su color- no conocen este universo y no han tenido experiencias en él.