Nilo Espinoza Haro
El hechizo de Bruniquilda El hechizo de Bruniquilda

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 14/06/07
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task; =view&id=3772&Itemid=37

Conversamos con el escritor Nilo Espinoza Haro acerca de su esperada novela “Bruniquilda” (Suma de Letras), ambientada en la Edad Media.

–¿Cómo nace su interés por la literatura fantástica y en especial por el personaje de Bruniquilda, reina de Austrasia?
Creo que en cada individuo reposa una gran memoria, la de los abuelos, bisabuelos, etc. Es un gran océano de memoria, cuyas olas te tocan en determinados momentos. Es así como el personaje de Bruniquilda me tocó en un momento y con el tiempo me he ido empapando de ella hasta que me ha terminado arrastrando a publicar este libro.

–¿De qué se ha nutrido para poder escribir la obra?
Del contacto con algunas cosas que te van dando un mapa para poder ir armando los personajes y la historia. Desde los personajes alargados de El Greco, de algo que has visto en algún sitio, de palabras que uno escucha, o de frases que uno lee y de los sueños, entre otros elementos que se acumulan y van aflorando en mi escritura. La vida es en sí de donde me nutro.

–El personaje principal de la novela –Isidoro– es un copista de la Edad Media que narra cómo la escritura era privilegio de pocos y era símbolo de poder…
Ya lo decía Ricardo Palma en una de sus tradiciones: “Papelito manda”. Siempre se tiene la idea de que es posible todo lo que queda registrado y todo documento era poder. Antes de la Edad Media ya se hablaba de las Sagradas Escrituras y en varias culturas siempre hubo un culto por el registro como símbolo de poder.

–La prosa de “Bruniquilda” está muy bien cuidada, ¿cómo la trabajó?
Escribir para mí es una lucha constante con los borradores y con las correcciones. Siempre trato de ser lo más natural y llano posible, creo que la historia se prestaba para ello. La novela es un festín de la imaginación al cual el autor convida al lector a degustar y a disfrutar, haciéndolo cómplice.

–De otro lado, ¿qué opinión tiene de nuestra narrativa actual?
Bastante rica. Para suerte nuestra en Literatura no somos un país tercermundista. Hay autores jóvenes interesantes como Santiago Roncagliolo y Daniel Alarcón. Aparte de Mario Vargas Llosa, quien siempre está a la vanguardia.

–Roncagliolo comentaba que para ser escritor hay que ser un buen mentiroso, ¿qué piensa?
No sé, puede ser. El maestro Juan José Arreola me decía: “cuando uno está escaso de mentiras, dice la verdad”.

–¿Y cuánto de verdad hay en “Bruniquilda”?
(Risas). La novela es verdad. Toda ella es verdad.

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