Por Javier Agreda
Fuente: La República, Lima 04/02/06
El poeta norteño nos entrega una versión definitiva de su poemario, un verdadero clásico de la literatura peruana del siglo XX.
El poeta acaba de obtener el Premio Casa de las Américas
Después de unos primeros poemarios de carácter epigonal, Arturo Corcuera publicó en 1963 Noé delirante, libro cuya calidad, originalidad y frescura sintonizaban bien con la renovación literaria generada por la entonces naciente generación del 60. Corcuera fue uno de los más entusiastas integrantes y promotores de ese grupo de poetas -junto con sus amigos César Calvo y Javier Heraud-, y el libro le significó el Premio Nacional de Poesía. Pasadas cuatro décadas, el poeta nos entrega una nueva versión, corregida y aumentada -más de 400 páginas-, de Noé delirante (2005), en una bella edición del Fondo de Cultura Económica y la Universidad Alas Peruanas.
La idea básica del libro es sencilla, la de describir en cada poema algún animal. Pero a diferencia de los bestiarios tradicionales -llenos de referencias librescas y casi siempre dedicados a seres exóticos o fantásticos-los animales escogidos son los más conocidos y comunes (gallo, araña, sapo, canario) y las descripciones están basadas en imágenes y metáforas en las que priman el humor, lo lúdico y un cierto espíritu infantil. El canario es "lluvia de oro... breve cántaro de cantos", la luciérnaga "diamante en trizas... astilla de lucero" y el cuervo "sombra de plumas/ que empolló la noche". El poeta se convierte en un Noé delirante y travieso que pasa revista a sus compañeros de viaje.
Estos poemas, llenos de símiles e imágenes, mantienen la levedad y frescura gracias al empleo del "verso breve, exacto...fruto de un trabajo casi febril de orfebrería", en palabras del propio autor. Las metáforas se reducen a sus elementos mínimos, sin perder la peculiar musicalidad de los versos; mientras que la opción por lo breve acerca los textos al epigrama, a los refranes y adivinanzas populares, y hasta al haiku japonés: "La cabeza en las estrellas/ -predica la jirafa-/ y los pies en la tierra" ("Magisterio"). El poeta emplea fórmulas, pero siempre de manera original y creativa.
En posteriores desarrollos, las descripciones se ampliaron del ámbito zoológico a todo lo natural (vegetales, minerales, fenómenos atmosféricos) y también a algunos objetos hechos por los hombres, especialmente los relacionados con el arte y las imágenes. Después de todo, la propuesta del libro es el rescate de la creatividad y la capacidad imaginativa. De ahí que nos remita constantemente al tiempo mágico del mito -a su inocencia y libertad-, cuando las palabras nombraban y creaban el mundo; por eso también el único objeto "humano" que merece una sección completa del libro es el espejo, generador -como los sueños- de imágenes y mundos virtuales.
A bordo de la poesía
Corcuera ha ido añadiendo nuevas secciones al libro, incluso poemarios completos. El más reciente de estos poemarios, A bordo del Arca, acaba de obtener el Premio Casa de las Américas 2006. Por otra parte, importantes artistas plásticos han tomado Noé delirante como fuente de inspiración. La tercera edición, de 1971, contó con 62 ilustraciones de Tilsa que exploraban los aspectos míticos del texto. Esta undécima y, según anunció el poeta, definitiva versión del libro, tiene un prólogo de Ana María Gazzolo e ilustraciones del pintor belga Gabriel Lefebvre que enfatizan lo infantil y lúdico de los poemas.
Perfil
Nacimiento. Puerto Salaverry, 1935.
Obra: Cantoral (1953), Sombra del jardín (1961), Noé delirante (1963), Puente de los suspiros (1976), Sonetos del viejo amador (2001), entre otros.
Premios. Nacional de Poesía 1963, Casa de las Américas (2006).