Por Ernesto Carlín Gereda
Fuente: El Peruano, Lima 01/04/09
http://www.elperuano.com.pe/edc/2009/04/01/esp.asp
Acaban de publicar una selección con recientes columnas de opinión de Luis Jaime Cisneros con el título de Aula abierta (Norma, 2009). Con esta excusa lo buscamos en su biblioteca miraflorina para hablar sobre sus expectativas sobre el país.
¿Para qué sirve ser intelectual en el Perú?
–Para reflexionar sobre el Perú, para conseguir que con el tiempo pudiéramos superar varios errores. El primero, el analfabetismo, y el segundo, el racismo. Todavía somos racistas, es una cosa tremenda en el siglo XXI. Celebramos el triunfo de la tecnología, que las criaturas manejen computadoras y todavía somos racistas. Lo que se necesita es un esfuerzo intelectual, en el sentido de que manejamos la inteligencia. No somos superhombres, pero ponemos la inteligencia a prueba con un fin claro e inmediato.
¿Está atado el racismo con la falta de lectura?
–No se equivoca. Vea usted algo que me ha hecho pensar intensamente: el entierro de Álvaro Ugaz. La cantidad de gente que se veía convocada era una conjunción de todas las clases sociales. Pero no con preferencia la clase A, sino las demás. Es una lección.
¿En el tiempo que tiene de docente ha visto evolucionar el componente social de los alumnos?
–En mis inicios, no recuerdo mucha gente de clase C, pero veinte años después toda esa era una masa uniforme. Lo que probaba que tanto la escuela como la universidad cumplían con su tarea. Si las cosas se han descompuesto en la escuela, como en todas partes, es que el magisterio se ha descompuesto. A nadie le interesa ser maestro, y a quien quiere serlo, no debería interesarse. Se ha desprestigiado la carrera en todo el mundo.
¿Sus alumnos de ahora leen más o menos?
–Los chicos de antes leían más, porque salían de la escuela con el sabor de la lectura. Hace unos quince años que los chicos no leen, en el nivel que nos puede interesar en la universidad, libros teóricos. He tenido que modificar más de dos veces los libros del curso, porque no aguantan. En la escuela se ha descuidado la lectura, sobre todo la de ensayo. Para el chico, la lectura significa novela.
Usted, como cultor de columnas de opinión, ¿cree que un intelectual debe hacer conocer siempre su punto de vista?
–Creo que sí. La columna es la que da la pauta de qué es el periódico. Cuando he tenido a cargo un periódico, no he dejado de hacerlo. Los intelectuales –no me gusta el término, pero en fin– no debemos negarnos a opinar sobre las cosas importantes. Aquí, como en otros países, se cree que se puede opinar sobre política siempre y cuando no moleste. Entonces, no es opinar. Opinar no es coincidir con todo el mundo.
¿Alguna vez se ha negado a publicar una columna de opinión por la línea de ese diario?
–No me acuerdo. Puede ser que sí.
El libro de Luis Jaime
Circula la leyenda de que Luis Jaime Cisneros es muy dadivoso con sus libros y que no se hace problemas en prestarlos. Pero apenas los presta, apunta, cual cuaderno de contabilidad, la fecha y el ejemplar cedido. Cuando el afortunado prestatario le devuelve el libro, lo tacha. Algunos han demorado años, otros nunca han vuelto ni han recibido un ejemplar más en consignación, pero otros se distinguen por ser cumplidos, como otros lingüistas, políticos, amigos varios, entre los que se encuentra el Presidente de la República.
Proyectos
1. Está haciendo un estudio sobre el lenguaje del escritor colonial “Lunarejo”, para lo cual tiene un pequeño armario repleto con apuntes e información.
2. Realiza un estudio sobre entonación y acentuación española que incluirá material multimedia.
3. Prepara un ensayo sobre los cuatrocientos años del Parnaso Antártico.