Por Enrique Sánchez Hernani
Fuente: Suplemento El Dominical de El Comercio, Lima, 19 de agosto de 2007
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-08-18/imecdominical0771891.html
Eugenio Chang-Rodríguez, trujillano de nacimiento, es académico de número de la Academia Norteamericana de la Lengua y Académico Correspondiente de la Real Academia Española. Desde hace años es catedrático de literatura latinoamericana en The City University de Nueva York. Aprovechamos su presencia en Lima, donde presentó su último libro: Una vida agónica: Víctor Raúl Haya de la Torre (Fondo Editorial del Congreso), para dialogar sobre la historia de las ideas en nuestro país.
Lejos del apasionamiento personal, ¿cuál cree usted que es el pensamiento político que más trascendencia ha tenido en la historia de las ideas en el Perú?
A mí me parece que debiera considerarse a quien abrió la brecha, a Manuel González Prada. José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre fueron sus discípulos, recogieron la técnica sociopolítica de este precursor, la renovación de las ideas, la crítica a la tendencia al autoritarismo que viene desde la época colonial. En lo que respecta a la segunda etapa de las ideologías progresistas en el Perú, en su momento inicial los dos últimos personajes están juntos, hasta que se presenta la idea de crear un partido, convertir a la Alianza Popular Revolucionaria Americana en un partido.
Mariátegui discrepa y se produce la separación de estos dos grandes pensadores políticos.
¿El antagonismo entre ambos pensadores es tajante?
A mí me parece que se complementan; no hay las diferencias irreconciliables que muchos ven, tan es así que cuando se reunió el congreso de la Komintern en Buenos Aires y se congregaron muchos dirigentes laborales en Montevideo, en 1929, Mariátegui presentó una tesis que fue recusada por los agentes del estalinismo como el intento de fundar un nuevo partido nacionalista aprista. Sandro Mariátegui también ha hecho notar las afinidades entre el primer Mariátegui y Haya.
¿Antes de González Prada, la historia de las ideas en el Perú era de raigambre colonial?
Pablo Macera ha dicho, para irritación de un gran número de intelectuales, que en el momento de la gesta de la Independencia muchos de los patriotas peruanos en realidad no querían la independencia sino cierta autonomía dentro de la égida española. En la Pampa de la Quinua, donde se llevó a cabo la batalla de Ayacucho, hay una placa donde aparecen los nombres de los caudillos militares que pelearon al lado de los realistas y los que lo hicieron del lado patriota. Allí, en el lado realista, aparecen muchos nombres borrados de peruanos que se pasaron al bando patriota cuando vieron que la Independencia avanzaba.
¿Cómo quiénes por ejemplo?
El mismo Andrés de Santa Cruz, de la Confederación Peruano-Boliviana, y varios otros generales.
¿Cuánto lastró esa forma de entender las ideas en el Perú a su desarrollo?
La historiadora Karen Spalding ha señalado que el Perú consiguió su independencia con fuerzas básicamente no peruanas. Fue el ejército español el que estuvo integrado básicamente por peruanos. En el ejército patriota habían peruanos, pero la mayoría eran venezolanos y grancolombinos. Con San Martín vinieron argentinos y chilenos.
¿Eso tuvo un correlato intelectual durante la República?
Sí, claro. Las ideas que aparecían en los diarios de la época eran herederas de la revolución francesa, pero con límites; buscaban una separación temporal y un reajuste económico. Los criollos tardaron en unirse a las ideas de Independencia, como en México. Los primeros que se esforzaron por ella fueron indios y mestizos. Y como sabemos, tras la Independencia, el Perú ha estado gobernado por los criollos.
¿El indigenismo vino a romper este estado de las cosas?
El indigenismo arranca desde el periodo colonial. Curiosamente, fueron los mismos españoles quienes deslindaron entre lo nacional y lo español. No todos los españoles eran imperialistas y estaban contra los indios. Los primeros defensores de los indios fueron españoles, como el Padre De las Casas y otros grandes pensadores hispanos. En el periodo de entreguerras surge lo que se ha llamado indigenismo, un movimiento para redimir al indio y colocarlo en su justo lugar en la sociedad y en las artes.
Lo cual sensibilizó a la inteligencia peruana...
Claro. Mariátegui dedica gran parte de su revista Amauta a difundir estas ideas, expresadas por pensadores como Luis Valcárcel y su Tempestad en los Andes, y otros. Por su parte, Haya, por 1920, tras la reunión del congreso de estudiantes del Cusco, fue testigo del padecimiento de los indios en la región. Luego viaja a Bolivia y certifica la crueldad de los patrones. Por eso también aboga por la redención del indio. Pero hay una aparente paradoja: ambos políticos también beben de las ideas europeas.
¿Qué primaba en ellos, lo europeo o lo peruano?
Gonzáles Prada tiene un trabajo llamado Nuestros indios, que no publica en vida, sino que lo hace póstumamente su esposa. Esta obra la leía en tertulias e influyó en varias personas, como Clorinda Matto de Turner y otros escritores que defendieron la causa indígena. En cuanto a la influencia europea, tanto Haya como Mariátegui estuvieron en Europa. Mariátegui dijo que descubrió al Perú en Roma y recogió muchas ideas en Italia, Francia y Alemania que luego incorporó a su ideario.
¿Cuánto le deben estos pensadores a Europa?
En un libro que escribí, Ideología y política en José Carlos Mariátegui, menciono que antes de viajar a Europa, Mariátegui ya tenía ideas de avanzada. Su edad de piedra no es tan diferente a la que tiene luego de su periplo europeo. Haya, en cambio, tras su viaje a Rusia, a Inglaterra, hace basar su ideología en el pensamiento europeo. Sin embargo, aclara que es necesario tomar las ideas de donde fuese; él las toma del partido nacionalista chino, el Kuomintang, no sólo de Europa.
¿En qué actos queda claro eso?
En 1945, cuando en el Perú no quieren recocer al APRA, él usa por eso el nombre de Partido del pueblo, una especie de traducción del Kuomintang. Ambos creen que sí es necesario recoger ideas del exterior, hay que adaptarse a la realidad peruana.
Luego de la magnífica Generación del Centenario, ¿usted cree que los intelectuales peruanos cayeron en el provincianismo, sin mirar hacia el mundo?
El Perú, sin lo hispánico ni lo indio, no es el Perú. Hemos desarrollado una cultura que tiene mucho de ambas cosas y también de lo afroamericano y de lo asiático en menor cuantía. Es una nación mestiza en el amplio sentido de la palabra, racial y culturalmente.
A partir de los años 40 en adelante, después de Vallejo, ¿cuáles son los intelectuales peruanos más universales que tenemos?
Indudablemente, Mario Vargas Llosa. Ojalá uno de estos días se le haga justicia y reciba el Premio Nobel. Aunque muchos creen que es conservador, yo no lo veo así; él ha expresado ideas que coinciden con las de la izquierda democrática y muchas veces ha declarado su simpatía por esta corriente.
Y con él, ¿a quiénes más elegiría?
A Alfredo Bryce Echenique, que tiene mucha universalidad y así lo han reconocido las muchas ediciones de sus libros.
¿Es un problema de autores o de obra la poca trascendencia contemporánea en el ámbito internacional de Arguedas o Alegría?
Arguedas ha tenido bastante acogida últimamente, aunque al principio se le creyó indigenista. Tan es así que en España se van a republicar algunas de sus obras. Lo mismo pasa con Ciro Alegría, que a pesar de que se concentra en el campo, ya tiene ciertos usos narrativos que lo vinculan con las obras de los escritores que tienen su tema en la ciudad.
¿Pasa lo mismo con otros autores?
Scorza es otro de nuestros grandes escritores. Yo tengo una ponencia presentada a un congreso en Madrid que fue bien acogida, porque tanto en España como en Francia se conocen muy bien sus libros.
¿Qué decía usted en esa ponencia?
Daba una respuesta a por qué los escritores que se ocupan del tema indio no han sido muy bien difundidos fuera de América. Creo que eso sucedió, en parte, por la tirada de sus libros.
¿Hay una tradición peruana en la literatura o eso es algo que nosotros sobrevaloramos?
Por supuesto. Yo no estoy de acuerdo con la opinión que postula la no existencia de la literatura peruana ni americana sino occidental. A mí me parece que la literatura del Nuevo Mundo, si bien tiene gran influencia de la Occidental, también tiene raíces en la tierra americana. Ahora bien, es difícil deslindar la literatura peruana de la latinoamericana. A mí me parece que es una sola. Lo que llamamos literatura peruana es una fase de la latinoamericana, distinta de la española.
¿La tendencia al autoritarismo en el Perú ha influido de alguna manera en nuestra cultura?
Indudablemente. Lo que tuvimos en el comienzo del siglo XIX con la Independencia fue una revolución inconclusa y no se llegó a fundamentar la democracia, sino que tuvo características autocráticas que produjeron las guerras civiles y las ambiciones de los caudillos. Luego, los militares han creído que llegar a la presidencia es ganar otro galón.
Usted, que vive tanto tiempo en los Estados Unidos, ¿por qué razones cree que se ha producido una gran migración de intelectuales peruanos hacia allá?
El deterioro de la economía peruana, el aumento de la población, la falta de oportunidades para nuestros graduados los ha obligado a emigrar. En la actualidad, en los Estados Unidos hay un fuerte contingente de intelectuales de origen hispánico.
¿Estos intelectuales son reconocidos como tales allá?
Sí, hay varias revistas de corte intelectual donde pueden publicar. Hay muchos hispanos que están en la historia de la literatura de los Estados Unidos, como García Lorca y Américo Castro. Y no olvide que José Martí también vivió y escribió allá.