De regreso a los setenta

Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, Lima 19/07/07

Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946) sigue en plena actividad literaria. Luego de ser finalista del Premio Tusquets y haber lanzado dos libros el año pasado –la novela La segunda visita de William Burroughs y la colección de relatos Historia de verdugos–, en esta ocasión el narrador vuelve la mirada a una novela primigenia que ha sufrido constantes reescrituras en los últimos años. Se trata de El huevo de la iguana (San Marcos, 2007).

La historia de esta novela es, por decir lo menos, curiosa. “Se ambienta en la década de 1970, cuando estaba influido por el surrealismo y la novela total. En ese entonces quería meter toda la realidad de la novela, a la manera de Thomas Mann o Leon Tolstoi, presupuestos estéticos en los que ahora no creo”, sostiene Calderón Fajardo.

Su objetivo era narrar los acontecimientos en torno a la nacionalización del campo petrolero de La Brea y Pariñas, de propiedad de la empresa estadounidense International Petroleum Company (IPC), suceso que se desencadenó tras el golpe militar de Juan Velasco Alvarado en 1968. “En Talara, he vivido desde muchacho, ya que mi padre, médico militar, estaba destacado en dicha localidad”.

El texto que resultó de esta experiencia se convirtió en un palimpsesto, donde había de todo: “El diario de una jovencita, los poemas de un muchacho, las cartas de uno de los personajes al estilo de las Cartas a mi padre, de Kafka; prosas de un aspirante a escritor que quiere imitar Finnegan's Wake, de Joyce; comunicados de los trabajadores petroleros, documentos de la International Petroleum Company y actos chamánicos de las Huaringas.”

Gaviota Roja

En 1982, con la novela en mano, a la que denominó La conquista de la maravilla, Calderón Fajardo decide participar en el concurso literario Gaviota Roja, auspiciado por el magnate Dionisio Romero. El jurado lo componían Alberto Escobar y Antonio Cornejo Polar. Calderón Fajardo obtiene el primer lugar, celebrado –recuerda– en un conocido restaurante chifa donde compareció “toda la literatura peruana, andinos y costeños.

Dionisio Romero se emocionó tanto con los chistes que le contaban Gregorio Martínez y Antonio Cisneros que pidió corcho libre para todos”.

Pero he ahí el detalle: el premio no contemplaba la publicación del libro. Con el consejo de Escobar, la editorial Mosca Azul aceptó publicar una parte de la novela, rebautizada Así es la pena en el paraíso, que obtuvo malas críticas. “Toda la plata que gané en el premio se perdió en la publicación de la novela.”

En PEISA suscitó el interés de Fernando Vidal, pero el accidente en que éste perdió la vida segó toda posibilidad. Sin embargo, hace dos años volvió el interés, esta vez de la editorial San Marcos. Ahora, con 426 páginas, el “nuevo” libro, El huevo de la iguana, se presenta hoy en la Feria del Libro.

“No hay en América Latina, que yo sepa, ningún libro de ficción que trate sobre una empresa que ocupe una ciudad y la convierta en territorio norteamericano.”

Con estos alicientes, resultará difícil no sustraerse a la nueva entrega de Carlos Calderón Fajardo, un escritor que está dando mucho que hablar últimamente.

La polémica entre andinos y criollos sacó a la luz cosas que había debajo. Por ejemplo, a las editoriales comerciales no les interesa cierto tipo de literatura.