Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 26/10/07
El escritor peruano está en Lima para presentarnos “Un millón de soles”, su tercera novela, que trata sobre el período dictatorial velasquista.
–¿Por qué motivos escribiste sobre la dictadura de Velasco?
Es una época en la que creo que se gestan muchas de las cosas que vivimos ahora los peruanos. Me interesaba conocer lo que es la soledad del poder, en particular de un dictador como Juan Velasco Alvarado, quien lideró una dictadura que no era de izquierda ni de derecha, pero que era muy extravagante en muchas cosas.
–Creo que en la novela retratas bien la miseria humana de ese grupo militar que intentó “sacar adelante” al país…
En efecto. Es que los que se autoproclaman “salvadores de la patria” son muy peligrosos, cuando en realidad la única manera de sacar adelante un país es mediante el civismo de su sociedad y la fortaleza de sus instituciones democráticas. Me pareció interesante poder contar la parte humana del entorno de Velasco y sus ministros: cómo vivían, qué temores y qué costumbres tenían. Me llama mucho la atención que cada vez que vengo a Lima aún me encuentro con gente que defiende a Velasco.
–¿Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa son indicios de que América Latina sufre una regresión?
Por supuesto. Y casi sucede en Perú con Humala. Lo de Chávez en Venezuela es una vergüenza. No sé muy bien si ahora Humala ha desaparecido del mapa político, pero es un peligro patente. Tanto así que tuve que votar por Alan García en las últimas elecciones. Recuerdo que Mario Vargas Llosa me decía “vamos a tener que votar tapándonos las narices”, a lo que le respondía “Mario, es un suicidio en legítima defensa”. Si Humala llegara al poder sería un gran retroceso.
–¿Esa falta de identidad del gobierno de Velasco representa en cierto aspecto la falta de identidad de los peruanos de ahora?
Exactamente, es la disolución de la identidad. Los peruanos tenemos un problema con nuestra patria. La palabra patria nos parece sagrada, la bandera nos parece sagrada, cuando en realidad las banderas sólo son trapos que nos traen problemas. Y está muy presente ese orgullo chauvinista de ser peruano que no tiene un sustento real. Me explico: con Velasco se inicia una exacerbación de patria en la que “ser peruano” es “lo máximo”, lo cual dura hasta hoy. Deberíamos sentirnos orgullosos de otras cosas más importantes que de la patria. Como diría Héctor Velarde: “al peruano no le gusta ser sino estar”.
–El libro no es histórico, pero está sumamente documentado…
No pretende ser histórico, es una ficción. Pero eso sí, está documentada hasta el más mínimo detalle. He leído todos los libros que hablan sobre la época y entrevisté a mucha gente que trabajó para el régimen. Pero lo más rico es leer los diarios de la época, me sorprende el nivel de patería al que pueden llegar los periodistas y los intelectuales, quienes terminaron siendo los perros de Velasco.
–Con “Un millón de soles” cierras tu trilogía sobre la realidad peruana, la cual incluye “Los años inútiles” y “El año que rompí contigo”, ¿qué viene ahora?
Vengo preparando una novela, muy incipiente todavía, que narra una historia de amor situada en Europa y vagamente tiene un fondo islámico. Pero esta novela no tendrá nada que ver con la política, ya se lo prometí a mi novia (Risas).