Perú y Chile: una historia común
Por Jorge Paredes
Fuente: El Dominical, 19/06/05
La Guerra de 1879 fue un hecho tan devastador que terminó reduciendo toda la historiografía entre Perú y Chile a causas, consecuencias y estragos de este conflicto. Sin embargo, este libro, producto de un acuerdo entre las universidades de San Marcos de Lima y Católica de Valparaíso, se ha propuesto rescatar esa historia que quedó oculta bajo los escombros de la guerra, y analizar una serie de tópicos comunes que siguieron Perú y Chile luego de sus respectivas independencias, a inicios del siglo XIX.
Las raíces comunes saltan a la vista: ambas naciones habían conformado el imperio español y habían compartido el mismo ambiente libertario y cultural de fines del siglo XVIII e inicios del XIX. Como hace notar el historiador chileno Sergio Villalobos, en uno de los capítulos, Hipólito Unanue y otros intelectuales limeños fueron claves para la consolidación del mundo criollo chileno. Por ello no era de extrañar que eligieran desarrollar un régimen republicano y un Estado nación; y en lo económico, ajustaron sus nacientes economías, basadas en la exportación de materias primas, a los requerimientos de los mercados internacionales, en especial de Inglaterra, la gran potencia de la época.
Ambos países tampoco fueron ajenos al caudillismo y los conflictos regionales, sin embargo Chile -con un territorio más pequeño y una menor diversidad cultural que el Perú- pudo desarrollar un Estado más sólido, algo que Basadre llamó "el Estado en forma". Estas diferencias serían decisivas a la postre en la guerra de 1879.
Conversamos con Cristóbal Aljovín, historiador peruano de la Universidad de San Marcos y uno de los coordinadores del volumen, junto al chileno Eduardo Cavieres de la Universidad de Valparaíso.
-¿Resulta novedoso un libro escrito por historiadores peruanos y chilenos más de un siglo después de la guerra? ¿Hay una mirada distinta en este volumen?
No es nuevo en el sentido de que ya antes historiadores peruanos y chilenos se han sentado a discutir el tema de la guerra, pero sí es novedoso porque se ha logrado sacar un libro común. El segundo punto innovador es que hemos tenido una perspectiva de largo aliento, de cien años, APRA tratar de comprender ambas historias. Hemos puesto énfasis en los problemas comunes, en cómo se insertaron ambos países, después de la independencia, al mercado internacional. Y el formato también es diferente: son artículos escritos por dos historiadores, uno chileno y otro peruano, donde cada uno narra la historia de su país a partir de una problemática común, y después se hace una conclusión de modo comparativo. Esto nos ayuda a comprendernos mejor porque cuando uno ve la realidad de un país vecino, entiende mejor la suya propia.
-¿Cómo era la realidad de Perú y Chile cuando se consolidaron como naciones independientes?
A inicios de la república el gran país era el Perú y no Chile, que durante el virreinato había sido solo un a capitanía. Lo que pasa es que existen una serie de cuestiones socioeconómicas que posibilitaron el despegue de uno y el estancamiento del otro. Chile era un país chico, no tenía muchas regiones, ni tenía conflictos regionales tan complejos como el Perú, que era un país muy heterogéneo y existía el gran problema de la exclusión. Otro punto a favor de Chile es que tuvo dos o tres buenos líderes en el siglo XIX, que de alguna manera lograron establecer un estado formal y autoritario, que funcionó en ese momento de su historia. Sin embargo, Chile pasa a ser un país realmente importante después de la Guerra del Pacífico. Con el salitre de Tarapacá sus finanzas públicas y su mercado interno se ampliaron enormemente.
-En el año 1879 las realidades de Perú y Chile eran completamente diferentes.
Chile llegó mucho más sólido como Estado y el Perú llega muy convulsionado: había pasado el gran apogeo del guano y entraba en una crisis económica. Pero en nuestro trabajo nosotros tocamos la guerra de modo tangencial, hablamos de ella en la introducción, tratando de exponer las dos versiones del conflicto, porque creemos que es muy atractivo para los peruanos saber cómo los chilenos ven la guerra y viceversa. Sin embargo, lo más importante del libro es la historia común y comparada de ambos países.
-¿Qué otras relaciones históricas tenemos con Chile?
Primero la guerra de independencia. El ejercito de San Martín vino de Chile y hubo chilenos que lucharon a favor de la independencia peruana. Después está la guerra contra la Confederación Perú-boliviana, que fue una guerra civil en el Perú, donde Chile apoyo a Gamarra. Y después está una cosa muy importante: el combate del 2 de mayo de 1866, donde hubo un proceso de hermandad sudamericana, en el cual Perú y Chile combatieron juntos al imperio español. Llegada la independencia ambas naciones enfrentaron un mismo problema y una misma agenda. En lo político está el proceso republicano; y en lo económico el hecho de que ya no podían comerciar a través de España, enfrascándose en toda una discusión sobre el libre cambio, el proteccionismo y en como se vinculaban al nuevo gran poder que era la Inglaterra del siglo XIX. Después, ambos países construyen su identidad a partir de los símbolos patrios y al himno nacional.
-Siempre se piensa que Chile estuvo más amalgamada que el Perú, donde la idea de patria se diluyó en la diversidad y la exclusión de grandes sectores sociales, algo que en la guerra salió a flote. ¿Cuánto de verdad y de mito hay en esta idea?
Hay de las dos cosas. También es cierto que después de la guerra hay toda una tradición de autoflagelación y de crítica contra nosotros mismos. Eso se puede leer en González Prada, luego en Mariátegui y en el mismo Riva Agüero. Ahora es obvio que, como Chile nos ganó la guerra, eso marca nuestra identidad. Si la guerra hubiera sucedido diez años antes es probable que el Perú la hubiera ganado, porque tenía el ingreso del guano.
Obviamente, cuando se trata de una guerra hay varios puntos de vista. Si ves la historia diplomática de Chile te darás cuenta de que ese país de un momento a otro se vio amenazado por el tratado de defensa peruano-boliviano; pero si uno ve la historia desde el lado peruano se comprenderá que es totalmente diferente. Yo siempre he creído que el Perú tuvo la razón, pero es interesante entender también las razones del otro.
Pero no es lo mismo hablar de la guerra después de cinco años que de cien años. Son cicatrices que van a durar, pero tenemos que entender que hoy mantenemos una frontera común y lazos de intercambio; y que muchos peruanos de todas las condiciones sociales viven en Santiago. Como en toda la historia de las naciones, dos países pueden ser socios en un momento y en otro ser rivales. Lo ideal es actuar siempre de modo civilizado.