Por
Fuente: Correo, Lima 05/08/07
http://www.correoperu.com.pe/paginas_nota.php?nota_id=52997&seccion_nota=4
Dolor, es la primera palabra que se me viene a la cabeza luego de cerrar la contratapa de Radio Ciudad Perdida de Daniel Alarcón. Un dolor silencioso lleno de reconocimiento, pero que, al mismo tiempo, nos deja sumidos en la perplejidad. Son múltiples las sensaciones que la novela suscita, son asimismo variadas y familiares las referencias. Lo cierto, como ha señalado la crítica norteamericana, es que se trata de un gran libro, escrito con entereza, prosa convincente, equilibrada y dura, al igual que con un aguzado sentido de lo trascendente.
RCP nos cuenta la historia de Norma, locutora radial que ejerce una suerte de mediación entre el mundo del más allá –el de los muertos y desaparecidos– y el de los aún vivos y afligidos familiares. No obstante, ella es también víctima de la guerra, ya que convive con el fantasma de su esposo desaparecido, los recuerdos y el insoportable desconocimiento. Y es que el texto transmite eficazmente la desesperación que conlleva la ignorancia, hacernos cargo de nuestros muertos, enterrarlos, constituye un alivio frente a vagar en la interrogación.
Norma despierta de su rutina cuando conoce a Víctor, un niño selvático de once años que es enviado a la radio con una lista de nombres. Es en esta relación donde se actualizan la nobleza, el amor, la proximidad y la ternura. No sin cierto repliegue, pero sí con la convicción de que hay recorridos imprescindibles, de que el calor y la ayuda es lo que termina por redimirnos en el día a día. El gesto de acoger al extraño excede las aprensiones y dice algo de nosotros mismos. Un deseo pasa por el otro y nos devuelve una imagen intensa, vívida y humana.
La estructura narrativa contribuye a intensificar los ambientes y otorga tesitura al mundo interior de los personajes; posee además una gran potencia argumentativa apoyada en la narración de anécdotas y la inclusión de personajes aparentemente accesorios, aunque vitales. Sin aludir específicamente al Perú, RCP apunta con una mirada total a los años de la violencia política, esquivando correcciones o moralejas, y apelando, por el contrario, a lo más tangible: la herida.
Finalmente, hago uso de este párrafo para despedirme de ustedes, la fiel lectoría dominical de este diario: gracias por los e-mails. Agradezco también a mis camaradas Carlos Sotomayor y Manuel Erausquin por sus siempre oportunas observaciones; a los amigos que siguieron y desarrollaron las ideas que expuse en este año y medio de trabajo: no duden de que retornaré con nuevas preguntas de mi paso por la ciudad de los rascacielos. Por último, doy la bienvenida al narrador y crítico José Güich a quien seguiré con mucho interés desde el portal virtual del diario. Buena suerte a todos.
Autor: Daniel Alarcón
Título: Radio Ciudad Perdida
Editorial: Alfaguara (386)