Editorial(es): El Caballo Rojo
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2000
Número de páginas: 59
Todo poema, por el hecho de serlo, es un acto de amor. Hasta la más extrema declaración de odio, si se expresa en poesía, incurre en la más hermosa de las contradicciones; pues los que odian jamás leen poesía, ni mucho menos la escriben. Pero hay otra contradicción más hermosa y por lo mismo más ardua: la de expresar el amor. Desde Provenza sabemos (que dolorosamente sabemos) que el amor hunde su garra en la lengua y, mientras la hiere, la obliga a cantar: por eso se asemejan tanto el dolor y el gozo: ambos se niegan con terquedad a ser enunciados, ambos nos enmudecen, y en esa mudez huyen, como peces asustados, los signos. Pero nos queda el silencio. Esa otra manera de callar que es la poesía. La poesía de amor que nace “en un purísimo ramaje de vacíos”. Eduardo Chirinos.